Imágenes de los bomberos en el edificio siniestrado. | Europa Press

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El origen del incendio del edificio del barrio valenciano de Campanar en el que fallecieron diez personas fue un «accidente fortuito», ya que aparentemente empezó en un electrodoméstico de la cocina de una vivienda, según ha adelantado este lunes la delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Pilar Bernabé.

En declaraciones a los medios, Bernabé ha dicho que las investigaciones de la Policía Nacional apuntan a que el incendio se originó posiblemente en un electrodoméstico de una cocina, según recoge el sumario sobre el que desde el pasado viernes se ha levantado el secreto que se había declarado. La delegada ha afirmado que en la causa judicial abierta por este siniestro se ha descartado que haya un «indicio penal», por lo que las aseguradoras pueden entrar ya al interior del edificio y llevar a cabo sus trabajos con el fin de que las personas afectadas por este siniestro «puedan empezar de nuevo su proyecto vital».

El pasado 26 de febrero, cuatro días después del incendio, fuentes próximas a la investigación señalaron que el siniestro se pudo haber originado por un cortocircuito en el mecanismo del toldo del apartamento 86, según el informe preliminar una vez concluida la inspección de la Policía Científica.

El incendio que calcinó un edificio del barrio de Campanar de València tuvo un precedente similar en 2020 en Madrid, en un fuego que se saldó sin heridos pero en el que ardieron materiales de la misma empresa y características muy similares que los que revestían la fachada del inmueble valenciano y cuya reacción al fuego ya llamó la atención. Alrededor de las 7:00 horas del sábado 29 de agosto de 2020 se declaró un incendio en la parte más alta de una torre de viviendas ubicada en el número 17 de la madrileña calle de Dulce Chacón, en el distrito de Chamartín, que se saldó sin víctimas ni heridos pero cuyas llamas se propagaron hacia abajo por el revestimiento de la fachada.

La extinción fue posible en unas dos horas de trabajo de una veintena de dotaciones de bomberos y el uso de grúas de hasta 70 metros -las más altas de que disponía el cuerpo de bomberos en la capital- y, según recogen las crónicas de aquel suceso, el fuego descendió por la fachada desde la azotea afectando a los tres últimos pisos. Los paneles de aluminio con núcleo de polietileno de baja densidad que según el proyecto constructivo se emplearon en el edificio calcinado de València, del mismo fabricante (Alucoil, de Miranda de Ebro, Burgos) que los usados en esa torre madrileña, han sido instalados en terminales portuarias de pasajeros, hospitales, centros comerciales, oficinas y un circuito de motociclismo, todo ello repartido por distintas provincias españolas, según la documentación a la que ha tenido acceso EFE.

El Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha emitido varios documentos de idoneidad técnica (DIT) para los revestimientos de fachadas ventiladas mediante bandejas metálicas de Alucoil en los últimos años. Un precedente pero sin víctimas El Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid ha procesado por este incendio de 2020 a dos personas, los inquilinos del piso 20 F, que esa noche habían celebrado una barbacoa con amigos y que, según la investigación, fue el origen del incendio.

En el auto de procesamiento (julio de 2021) -aunque el asunto sigue en una fase intermedia y no se ha celebrado juicio, según ha confirmado a EFE el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM)- el instructor hizo constar que «la propagación del incendio al resto de viviendas y lugares afectados se vio favorecido por el material aislante de las fachadas del edificio». El incendio, según los informes periciales, se originó en la terraza de la referida vivienda, en la que, junto a la barbacoa, había unos palés con espumas a modo de sofá y una celosía de brezo seco.