El acusado, este jueves, en el juicio en la Audiencia de Palma. | GUILLERMO ESTEBAN

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-Cuando terminaba de drogarse y de todo hacía cosas muy malas conmigo.

-¿Qué cosas?- ha preguntado el fiscal Miguel Ángel Anadón.

Yo me despertaba y estaba boca abajo en la cama atada de pies y manos con cordones. Me despertaba del dolor que sufría en mis genitales. Yo tenía las manos sujetadas en los pies, como un pollo asado. Esto sucedió en varias ocasiones y me golpeaba en la espalda para que me callara. Me echaba cocaína en mis genitales...

Una mujer ha relatado en el juicio en la Audiencia de Palma que su expareja la maltrataba y la violaba de manera continuada en un piso en la calle Aragón de Palma durante el año 2020 y hasta septiembre de 2021. La perjudicada ha explicado que vivía en el domicilio con el acusado, su madre, un matrimonio y dos hijos, y que después se fue a un centro de acogida a consecuencia de los episodios de malos tratos y las agresiones sexuales.

La convivencia, según su versión, era mala. «Cada día nos peleábamos para que no se drogara y que no hiciera cosas malas. Siempre tenía la casa llena de yonkis. Metía mucha gente, muchos moros, muchos argelinos... de todo. Yo quería vivir con su madre y con él tranquilamente. Y que trabajara y se buscara la vida aunque no tuviera papeles».

La mujer ha asegurado que en una ocasión recibió una bofetada porque le recriminó que trajera a gente a su casa y ha negado haber denunciado al hombre por celos. «Me dijeron que estaba con una yonki que se pinchaba... ¿de eso voy a tener celos?».

El acusado ha negado los hechos. «Todo es mentira. Me dijo que me denunció por celos, porque me fui a tomar una cerveza con una mujer en un bar y bajó y montó un escándalo», ha declarado. El hombre ha comentado que no puede atarla de pies y manos porque vive con su madre y un matrimonio con sus hijos pequeños. «Solo hay un baño que funcione en la casa, que está en mi habitación, y entran cada día».

La Fiscalía reclama 15 años de cárcel para el hombre por delitos de agresión sexual y maltrato habitual, así como una indemnización de 10.000 euros para la víctima por los daños morales.