Jonathan Cuevas y Guillermo Paulino, porteros de discoteca. | Alejandro Sepúlveda

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Jonathan Cuevas y Guillermo Paulino son dos controladores de acceso del ocio nocturno de Baleares. Ambos han trabajado durante años en varias discotecas, entre las que se encuentra el conflictivo local donde en la madrugada del pasado sábado apuñalaron a un joven tras una multitudinaria pelea registrada en la puerta del establecimiento. «Hay que tener presente que se trata de una sala que está enfocada al público latino. En su gran mayoría son buena gente, pero consumen una gran cantidad de alcohol y a las primeras de cambio no dudan en romper botellas, sacar cuchillos y apuñalar al primero que se pone por delante», apunta Guillermo.

El pasado sábado, un joven recibió dos puñaladas en el cuello y cabeza frente a la discoteca ubicada en la calle Calçat de Can Valero. «Al acabar el concierto se montaron varias peleas multitudinarias en la calle. En un momento dado pude observar a un chico, cuchillo o punzón en mano, abalanzarse sobre la víctima y asestarle dos puñaladas. Mi reacción fue quitarme la braga que llevaba para protegerme del frío y taponar la herida para evitar que sangrara. Fueron momentos de gran tensión», comenta Jonathan Cuevas, portero que estaba de turno esa noche.

«Fue una batalla campal y no podíamos controlar las peleas debido al gran número de personas que estaban implicadas en las mismas. Si no llegamos a ponernos en medio ahora estaríamos hablando de varios heridos más graves o incluso de algún muerto», puntualiza Cuevas. «Trabajar de portero de seguridad de noche en discotecas o locales de ocio nocturno resulta cada vez más peligroso. De hecho, nos estamos planteando dejar de trabajar en el sector. No vale la pena jugarte la vida por 70 euros», afirman ambos profesionales.

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En referencia al lugar donde sucedieron los hechos la conflictividad es notoria. Fuentes policiales confirman que todos los fines de semana tienen que enviar unidades policiales a consecuencia de las peleas, la gran mayoría con arma blanca y otros incidentes graves. «Trabajar con el público latino es muy complicado. Nosotros hemos tenido noches de cuatro o cinco intervenciones graves consecutivas. Hemos visto como a compañeros nuestros les han reventado botellas en la cabeza y les han hecho perder el conocimiento y acabar en el hospital. Vamos a hablar claro. Si se permite consumir alcohol en exceso o sustancias estupefacientes es normal que después sucedan estas cosas. Y si quieren que sigamos hablando podemos hacerlo sin problemas. Ya estamos cansados», afirma Guillermo Paulino.

«Muchas veces cuando los clientes nos ven en las puertas de las discotecas con chalecos nos preguntan si no consideramos excesivo llevar este tipo de prendas. La respuesta es clara, a la mínima cualquier borracho te saca una navaja y te lanza una puñalada», concluyen los dos controladores.

El personal de seguridad de la discoteca salió fuera para tratar de poner paz y mediar en la reyerta mientras protegía a una de las víctimas que resultó apuñalada en varias ocasiones en cuello y cabeza. Rápidamente, numerosas dotaciones de la Policía Local de Palma y del Cuerpo Nacional de Policía acudieron al lugar y montaron una línea se seguridad.

Los policías tuvieron que sacar sus defensas y fue en ese momento cuando los implicados se dispersaron y los presuntos autores del apuñalamiento salieron corriendo huyendo del lugar. Los investigadores consiguieron tomar nota de las matrículas y está previsto que en las próximas horas se produzcan detenciones. Ultima Hora ha tenido acceso, en primicia, al vídeo de parte de la pelea donde se puede ver el momento donde un joven asesta dos puñaladas a otro y sale corriendo. Según el testimonio de uno de los porteros, la víctima sufrió dos cortes en la cabeza en el lado izquierdo a la altura de la oreja y fue su propia mujer quien lo montó en un coche y se lo llevó al hospital.