Don Person, hermano del fallecido, depositando flores en el lugar donde murió Walter, 36 años después del crimen, en 2008.

TW
1

Hace 51 años, Walter Pearson, un joven minero de 20 años, natural de Gales, que pasaba sus vacaciones en Magaluf, fue atacado en una habitación de su hotel. Le apuñalaron por la espalda repetidamente y luego arrojaron el cuerpo desde el balcón. Siempre quedó claro que el asesino era alguien muy próximo a él, posiblemente uno de los compañeros de viaje con los que llegó a Mallorca, pero a día de hoy no hay un culpable oficial del crimen. Sólo sospechas. Esta es la crónica de un homicidio que causó una gran conmoción en la Isla y que años después ganó protagonismo mediático en la prensa británica.

Walter tenía una ilusión especial en aquel viaje de principios de los años setenta. En Gales, sus días de minero eran grises y monótonos. Mallorca, con sus noches interminables y sus días de sol y playa, se le antojaba el paraíso. Aunque fuera en pleno invierno. El 15 de diciembre el joven y sus amigos aterrizaron en Son Sant Joan. Todo eran risas y alegría, recuerdan sus allegados. Por la tarde, ya estaban todos borrachos, tras copas, cervezas y chupitos, y subieron a la habitación 811 del Hotel Honolulu, donde se alojaban algunos de ellos.

Nunca se supo qué pasó en el interior, pero Walter, de repente, fue atacado por la espalda y el asesino le asestó tres puñaladas. Después, para asegurarse de que moría, lo levantó a peso y lo arrojó por encima de la barandilla de la octava planta. Cayó desde una altura de más de 20 metros. Eran, aproximadamente, las seis de la tarde y en el agresor había aprovechado que en ese momento Walter se había quedado solo en el cuarto. Y parece claro que era alguien de su entorno más próximo.

Un periódico británico, haciéndose eco de la noticia del crimen en Mallorca en 1972.

Incomprensiblemente, el cuerpo sin vida no se descubrió hasta la medianoche. Las puñaladas habían sido mortales. Y la caída también. El juez Carlos Penalva abrió una investigación y la Guardia Civil examinó la habitación desde la que había caído y se entrevistó con sus amigos y compañeros de viaje. Uno de ellos era el principal sospechoso. De hecho, llegó a ser detenido, después de que trascendiera que podía tener cierta rivalidad o enemistad con el minero de Gales, por algunos asuntos personales. Sin embargo, negó todos los cargos y finalmente quedó en libertad, por falta de pruebas inculpatorias. El caso, entonces, se enquistó y la Benemérita se topó con un muro de silencios: nadie había oído nada. Y nadie había visto nada.

El hermano del fallecido, en 2008, leyendo las conclusiones de los detectives.

En 2008 habían pasado 36 años desde que el crimen de Walter Pearson conmocionó Mallorca. Su familia siempre luchó para reabrir el caso y ese año, en noviembre, un hermano del fallecido viajó a Mallorca. Había contratado al detective Juan de Santiago y quería saber la verdad de las últimas horas del minero galés: «No fue un accidente ni una pelea casual», insistía. «Algún empleado del hotel tuvo que oír o ver algo, el hotel cambió de dueño varias veces, años después, pero los trabajadores eran prácticamente los mismos», declaró Don Pearson a un diario de su Gales natal. No quería rendirse, por muchos años que hubieran pasado.

El informe con imágenes recopilado en Palma.

«Aún puedo oír a mi madre y mi padre llorando cuando nos comunicaron que Walter había sido apuñalado durante su viaje de diciembre en Mallorca», recordó Don, en 2008. Después de una exhaustiva investigación por parte de la agencia de detectives Récord, contratada para esclarecer los hechos por el hermano del fallecido, Don respiró tranquilo: "Ya he aclarado el crimen de mi hermano" y le rindió un emotivo homenaje al fallecido en el hotel, en el lugar donde se produjo su muerte. El investigador privado le entregó la conclusiones de sus pesquisas, aunque oficialmente, a día de hoy, no hay un culpable del crimen. El informe, con todo, sirvió para consolar a una familia que, tres décadas después, se negaba a aceptar que nunca pondrían nombre y rostro al asesino del balcón.