El acusado, en este lunes en el juicio.

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«Quiere ser protagonista entre el padre y la madre». Con esta afirmación se ha defendido R.C.C de las acusaciones por abuso sexual a la hija menor de edad de su compañera sentimental y a una amiga de la misma. El juicio se celebró ayer en la Audiencia Provincial de Palma y se piden 10 años de prisión para el sospechoso.

Según la Fiscalía, en mayo de 2014 el enjuiciado, mientras vivía con su mujer y sus hijas en Palma, se dirigió a la menor de 7 años y le realizó tocamientos en los glúteos en varias ocasiones. A su vez, con la excusa de hacerle masajes en las piernas, aprovechó la situación para tocarle los genitales con los dedos e intentó besarle en dos ocasiones en la boca.

En 2020, movido por ánimo libidinoso, aprovechó la presencia de una amiga de la hija y de la misma edad para repetir los abusos. En una casa de Llucmajor, se acercó a la menor, le tocó los genitales con sus dedos y trató de darle un beso. Además, según informa el Fiscal, cada vez que se despedían le tocaba de nuevo las partes íntimas.

Por su parte, la madre de la víctima y actual pareja del acusado, negó en todo momento cualquier indicio de abuso sexual hacia su hija. En el otro lado, el padre de la niña, que fue quien presentó la denuncia y afirmó que su hija había cambiado de carácter y actitud. «Es cierto que no sabía nada, pero tuvo una época en la que cambió su manera de ser. Cuando lo supe, quise matarle».

La hermana de una de las víctimas también ha negado situaciones parecidas en el domicilio familiar en el que vivía el inculpado. Otra de las testigos, amiga de las víctimas y menor de edad, declaró ante la juez, que «también tuve episodios parecidos a los suyos y se lo dije cuando me contó lo que les había pasado».

Ante los hechos relatados, la Fiscalía pide 10 años de prisión para el acusado y 7 años sin poder trabajar con menores.