Las cámaras de seguridad como las que hay en el Mercat Cobert ha permitido identificar al ladrón. | Lola Olmo

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Un alivio para los comerciantes del centro. Agentes de la Policía Local de Inca han arrestado este viernes al ladrón que tenía en vilo a los empleados y propietarios de comercios del centro de la ciudad, donde había actuado en numerosas ocasiones sustrayendo prendas de vestir y artículos de perfumería.

La visualización de las imágenes de las cámaras de seguridad que tiene la ciudad y la intervención de agentes de paisano ha permitido identificar y localizar a este hombre que, según los testigos, había entrado hasta en seis ocasiones en la misma tienda de ropa de señora, apropiándose de prendas por valor de unos mil euros. Y todo en solo un mes, desde principios de diciembre hasta este miércoles, cuando fue detectado por última vez por la dueña y dependientas.

La concejal delegada de la Policía Local del Ajuntament d'Inca, Antonia Triguero, ha destacado que «el arresto ha sido posible gracias a la visualización de las cámaras que tenemos por toda la ciudad, hasta un total de 62, y a la intervención de policía de paisano y de la unidad de prevención». En las cámaras de seguridad se reconoce al sujeto y se le ve entrando y saliendo de las tiendas cuyos propietarios han denunciado la sustracción de artículos.

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El arresto se ha producido este viernes por parte de agentes del turno de tarde, pues «teníamos comprobado que esta persona solía actuar hacia la parte del mediodía - tarde». La noticia ha sido acogida con alivio por parte del sector, no en vano las calles del centro de Inca son muy comerciales, con numerosas tiendas, y la noticia del ladrón había provocado inquietud.

No se trata de robos con violencia sino que el modus operandiera siempre el mismo: un hombre vestido con sudadera y capucha puesta entra en la tienda, cogía con un gesto brusco todo lo que podía abarcar de una mesa donde está expuesto el género, y salía corriendo por la puerta. «Unas veces entraba agazapado, de rodillas, y justo cuando estaba a la altura del mueble donde exponemos jerseis y pantalones se levantaba del suelo, cogía las prendas y se marchaba corriendo; pero otras veces entraba a pie tranquilamente», asegura una de las víctimas, Teresa Casillas, quien lamenta que «en un mes ha entrado seis veces y el género robado tiene un valor de casi mil euros».

Otros comerciantes del centro corroboran que han sido víctimas de hurtos frecuentes en el último mes, desde principios de diciembre, básicamente prendas de vestir y perfumes, y todo en las calles peatonales, la parte de Inca con un mayor tránsito de gente. Hay tiendas de ropa tradicionales que han tomado la decisión de cerrar con llave la puerta de entrada en pleno horario comercial y añadir un cartel de «llamar al timbre para ser atendidos». Es malo para las ventas, admiten, pero «es por precaución».