La Policía Local de Palma detuvo a la joven el pasado 28 de diciembre en un bar situado en la avenida de Sant Ferran. | R.S.

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La Policía Local de Palma ha detenido a una joven de 25 años y nacionalidad española por lanzar un botellín de cerveza en la cabeza a otra en un bar de la calle Sant Ferran. El objetivo de la agresora era una chica que le hizo bullying tiempo atrás, pero falló el tiro e impactó en la víctima, que sangró de forma abundante y fue trasladada al PAC de Son Pizà y después a Son Espases.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 22.40 horas del pasado 28 de diciembre en un establecimiento de tapas. Agentes de la Policía Local se encontraban patrullando por la ciudad cuando a la altura del número 26 de la calle Sant Ferran un grupo de personas les paró. Los testigos explicaron a los policías que una joven había arrojado una botella de cerveza a otra.

Uno de los agentes se entrevistó con la agresora y le explicó que se encontraba en el bar tomando copas con unos amigos cuando observó a un grupo de jóvenes y reconoció a una chica a la que había denunciado tiempo atrás por haberle hecho bullying. Las dos empezaron a discutir y la arrestada reconoció al policía que le vertió el contenido de su copa sobre la joven, que le respondió haciendo lo mismo.

A continuación, la agresora cogió una botella de cristal y la lanzó contra la chica, pero impactó contra otra joven de 26 años que se encontraba en el lugar. Los agentes comprobaron que en el suelo del local había varios restos del botellín de cerveza. Uno de los policías también se entrevistó con un amigo de la detenida, que contó que la otra chica le lanzó primero un objeto y ella lo pudo esquivar.

La Policía Local se desplazó hasta el PAC de Son Pizà, donde informaron a los agentes que la víctima no paraba de sangrar y la habían tenido que trasladar a Son Espases. La agresora quedó detenida como presunta autora de un delito de lesiones. Una vez en dependencias policiales, la joven se encontraba en estado de nerviosismo y tras sufrir un ataque de ansiedad vomitó.

La mujer comentó a uno de los policías que había mezclado alcohol con cocaína y la acompañaron al PAC de Son Pizà para que la atendiera un médico. La detenida pasó a disposición judicial al día siguiente y declaró que iba muy borracha y que no quería hacer daño a la víctima.