David Peregrina y su mujer, Erika da Souza, posan juntos a las puertas de su restaurante. | R.S.

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La principal hipótesis con la que trabajan los agentes de policía que investigan el asesinato a tiros del chef mallorquín David Peregrina y su mujer Erika da Silva es que ambos fueron ejecutados en el restaurante que regentaban en Porto Seguro, en el estado brasileño de Bahía. Los funcionarios no hallaron signos de robo en el establecimiento, así que esa teoría, que fue la inicial, se desvanece. Por el momento no hay detenidos.

Otro de los aspectos importantes que se ha dado a conocer en las últimas horas es que los investigadores estudian solicitar los movimientos bancarios del matrimonio así como de llamadas telefónicas de los días previos al crimen para ver si arrojan alguna pista que pueda conducir a los sospechosos.

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El terrible suceso tuvo lugar la madrugada del día 24. Según la Policía Civil de Bahía, el cuerpo de David fue encontrado en la cocina con dos disparos en el pecho y en la espalda, mientras que el de Erika fue hallado en el patio trasero del establecimiento con una herida de bala en la cabeza. Al parecer ella, que se encontraba desnuda, pero no se hallaron signos de violencia sexual, intentó huir de los delincuentes. Los agentes se han entrevistado con los vecinos próximos para saber si vieron u oyeron movimientos extraños en las horas o días previos al crimen.

Tal y como informó en primicia en la tarde de este lunes Ultima Hora, David Peregrina fue condenado hace 11 años en Palma por una macroestafa en pleno ‘boom’ inmobiliario en 2003. El hombre aprovechó su condición de director de la sucursal Caixa Rural de Muro para cometer delitos de estafa y falsedad documental y apropiarse de cerca de dos millones de euros de la entidad. Peregrina utilizaba su cargo como director de la sucursal de Muro para suscribir préstamos hipotecarios a varios jóvenes, algunos de 18 años, que a cambio de mil euros firmaban haber recibido la cantidad concedida, aunque esta fuera a parar al bolsillo del propio director.