La Policía Nacional arrestó al sospechoso días atrás en Santa Ponça. | CNP

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Agentes de la Policía Nacional han arrestado en Calvià a un empresario de la construcción de Manacor acusado de un delito contra los derechos de los trabajadores. Tenía a empleados en la obra que realizaban 50 horas semanas y cobraban no más de 250 euros. Por el momento se han encontrado a seis víctimas de la explotación laboral. Sobre el sospechoso constaba una orden de arresto internacional procedente de su país natal y ha ingresado en la cárcel de Palma.

Los hechos, según informó la Jefatura Provincial, se remontan al pasado día 7. El grupo de Extranjería en Manacor, después de seis meses de investigación, arrestó en Santa Ponça, en Calvià, al empresario. Los agentes descubrieron que el 'modus operandi' del varón era localizar en sus países natales a trabajadores especializados en el área de construcción y les ofrecía trabajo en España. Con buenas condiciones de trabajo, buenos sueldos y hasta el permiso de residencia. Evidentemente la cosa cambiaba cuando las víctimas llegaban a la Isla.

El empresario en todo momento informaba a los trabajadores de cómo realizar el viaje como turista y el resto de requisitos que debían tener para cruzar la frontera y no tener problemas. Cuando conseguían llegar a Manacor, eran empleados en obras particulares y en reformas de establecimientos hoteleros. Las jornadas de trabajo superaban las 50 horas semanales, y el sueldo mensual cobrado era no superior a los 250 euros mensuales, llegando a cobrar uno de ellos 50 euros al mes.

Hasta el momento, se han localizado un total de seis víctimas de este empresario, los cuales en la actualidad se encuentran en España sin recursos, ya que tuvieron que asumir los gastos del viaje y manutención durante el tiempo que han estado en España, y sin permiso de residencia, lo que les imposibilitaba poder generar ingresos.

Uno de los aspectos que más ha llamado la atención de los investigadores es que el ahora detenido, llegó a organizar, con la presencia de estos trabajadores irregulares, manifestaciones en un hotel de la zona para reclamar unos pagos de este hotel hacía su empresa, con la promesa de que si participaban en dichas concentraciones les pagaría el sueldo mensual. Para ello les facilitó unas camisetas, pancartas y solicitó la asistencia de prensa para dar repercusión a sus demandas.