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La noticia del fallecimiento del vigilante Kike Prats ha caído como un jarro de agua fría en el sector de la seguridad privada de Baleares. Se trata de una muerte inesperada que cogió a todos por sorpresa. El profesional, de 53 años, ejercía de jefe de equipo en el hospital de Son Espases. Era una persona muy amable y querida por todos, tanto por sus compañeros como por el resto de trabajadores del complejo hospitalario.

Todo apunta a que Kike falleció de una parada cardiorrespiratoria en su domicilio. Nada más conocerse la trágica información de su fallecimiento fueron muchos los vigilantes y empresas que mostraron su pesar y transmitieron el pésame a sus familiares y amigos.

Prats ejercía como vigilante de Eulen. Su máximo responsable en las Islas, Antoni Borrás, visiblemente afectado afirma: «Kike era un vigilante con una larga trayectoria profesional y mejor persona. Cuando se muere una persona siempre caemos en los tópicos de siempre, pero quienes han conocido a Kike saben que lo que digo es así. Siempre ha estado vinculado a temas de seguridad en centros sanitarios y era una persona muy carismática», concluye.

La presidenta de la Seguridad Privada de Balears, Inés Ybarra, a última hora de la noche del domingo, trasladó sus condolencias a la empresa Eulen, donde trabajaba Kike, y quiso enviar un fuerte abrazo a los familiares, amigos y allegados del fallecido en estos momentos tan difíciles. De hecho, el próximo viernes, está previsto que durante el acto del Día de la Seguridad Privada de Baleares se rinda un sentido homenaje al histórico vigilante.