La Guardia Civil llevó a cabo la operación que terminó en este juicio en el año 2014. | Vasil Vasilev

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«Esta operación es una operación inconclusa». El capitán de la Guardia Civil, ahora comandante, que se encargó de investigar la supuesta trama de corrupción en la Policía de Calvià señaló en el juicio que el trabajo no se terminó. El oficial explicó al tribunal que se había constatado que desaparecían sanciones a locales de Magaluf ya fuera en la Policía Local o luego en su tramitación administrativa en el Ajuntament y que esa dinámica, favorecía a determinados grupos empresariales. Citó al Grupo Cursach, al que aborda este juicio, MCP, a Bover (denunciante a su vez de Cursach) y a Alex. Sin embargo, señaló que no se agotó la investigación a la hora de acreditar dónde se producía el sesgo: «Faltaban ciertas tomas de declaración de personal del Ajuntament de Calvià». La explicación: «Teníamos pendientes una serie de gestiones que no se realizaron por la detención de los principales objetivos de la investigación por otro grupo». No aclaró más ni fue interrogado más. Antes había identificado a Cursach como el principal objetivo de la investigación. Su arresto fue llevado a cabo por el Grupo de Blanqueo de la Policía Nacional en febrero de 2017.

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Tanto el comandante como el resto de agentes que declararon insistieron en la relación comercial entre MCP y la asesoría que llevaban el exjefe de la Policía Local de Calvià, José Antonio Navarro y su compañero de Marratxí, Antonio Ledesma y que prácticamente, la empresa hostelera era su único cliente. El fiscal introdujo a través de esta declaración presupuestos y borradores de factura que fijan los pagos por encima de los 25.000 euros anuales y señalaron que la relación se rementaba a 2005. Sin embargo, sobre el trato de favor, aunque sostienen que había empresarios beneficiados y otros perjudicados, no sitúan en qué punto de la cadena administrativa se producía: solo descartan a los policías «de calle» de Calvià que sí hacían actas que luego se debían traducir en sanciones. El número de las que no llegaron al Ajuntament fue de 23 entre los centenares de actas levantadas.

La situación está mucho más clara en torno al episodio que hizo explotar el caso: la actuación de la unidad canina de Calvià en el bar de los denunciantes. Ayer comparecieron varios expertos en adiestramiento de perros policías y coinciden en lo que ya declararon los agentes acusados: cuando un perro entrenado realiza una inspección que resulta negativa, sus guías tienen que darle un refuerzo positivo. Esto es, colocar una muestra para que el perro la encuentra y reciba una recompensa para que en el próximo trabajo siga buscando.