Germán Aranda y la mallorquina Antònia Crespí, en Marrakech.

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La mallorquina y periodista del Ara Antònia Crespí llegó al riad (hotel tradicional marroquí) que había reservado junto a su pareja, el también periodista Germán Aranda, la misma noche del devastador terremoto de escala siete. Llegaron desde Barcelona, donde ambos viven por trabajo, y este mediodía ha explicado que, cuando estaban a punto de irse a dormir, «de pronto notamos un temblor. Al principio pensábamos que eran los vecinos, pero luego empezó a ser más fuerte y el espejo, y otras cosas de la habitación, se cayeron por la fuerza».

Todo esto les pasó entre las once y media y la doce de la noche. «Cogimos únicamente el pasaporte de la habitación porque tuvimos que salir corriendo del hotel». Estaban ubicados en la primera planta. Incluso relata que había gente con pijama porque no dio tiempo a prepararse. «Fue un momento de pánico», ha asegurado.

Su riad está ubicada en una calle muy estrecha, con lo cual la noche de este viernes tuvieron que desplazarse hasta una calle más amplia por seguridad. «Por suerte, no ha pasado nada y todos estamos bien. Nuestro hotel no sufrió importantes daños», ha dicho Antònia en una conversación telefónica este mediodía. Hasta las cuatro de la mañana permanecieron en la calle sentados, con más familias y turistas. Les entregaron mantas y asegura que, ante todo, prevaleció la solidaridad: «Un niño de 10 años se nos acercó para decirnos que estuviésemos tranquilos. La gente fue muy amable».

Destrozos en las calles del centro de Marrakech.
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Antònia y su pareja pasearon la noche del viernes y el sábado por la mañana por la medina para ver los daños que había causado el terremoto. «Hay edificios con grietas importantes, algunas casas derrumbadas. Incluso monumentos, como mezquitas pequeñas en las inmediaciones a la plaza Jemaa el-Fna», ha descrito. El viaje para la mallorquina y Germán tiene que finalizar el próximo miércoles. Lo que tenía que ser un viaje de placer, se ha convertido en un viaje de trabajo, pues ambos son periodistas. De momento, lo que observan es suciedad, debido a las consecuencias del terremoto, pero han detallado que la vida está continuando con cierta tranquilidad en la ciudad magrebí más transitada de turistas.

El periodista mallorquín Marc Ferrà, en Marrakech

El periodista mallorquín freelance Marc Ferrà es corresponsal en Marruecos y todo el Magreb. Cuando azotó el terremoto, él estaba cenando con unos amigos en el interior de un restaurante de Rabat, ciudad en la que reside. «No notamos nada, sino que fue después cuando nos dimos cuenta de lo que había sucedido porque empezaron a llegarnos mensajes de WhatsApp». Ha asegurado en una conversación por teléfono que cuando llegó a su casa, «había cuadros y otras cosas poco importantes en el suelo. En Rabat, todo está tranquilo», aunque ha asegurado que el sismo también se notó en la ciudad.

El periodista mallorquín Marc Ferrà.

Tras que la situación era mucho peor en otras partes del país, empezó su actividad periodística. «He venido hasta Marrakech para hacer cobertura. Hay casas afectadas, sobre todo las más antiguas en la parte de la medina, pero no es el desastre que se ve en las imágenes. Aquí la situación está tranquila. Sí que he visto en la carretera máquinas para retirar escombros, pero hay cierta normalidad en la calle. Los turistas, siguen haciendo turismo», ha detallado. Marc se prepara este sábado o domingo para acudir al epicentro del terremoto. Pero hasta ahora, este mallorquín sigue cubriendo la información desde Marrakech.