El acusado, este lunes durante el juicio celebrado en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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Un joven ha sido condenado este lunes por la mañana en la Audiencia de Palma a a ocho años de cárcel por agredir a otro con una botella roto en el exterior de una discoteca de Palma. Los hechos ocurrieron en junio de 2021, en un local del polígono de Son Rossinyol, y la víctima sufrió heridas de gravedad en la cara que le causaron la pérdida de la visión de un ojo. Además de la pena de prisión, el procesado deberá indemnizar con casi 150.000 euros al agredido.

En un principio el Ministerio Fiscal solicitaba para el acusado 12 años de cárcel por estos hechos pero las partes involucradas han alcanzado un acuerdo antes del inicio del juicio. Un acuerdo de conformidad que ha supuesto una rebaja de la condena. «Me siento culpable y pido perdón a todos. Había bebido mucho alcohol y me pongo muy nervioso cuando bebo», ha dicho el joven después de reconocer lo ocurrido.

Una confesión que ha llegado después de un breve receso de la vista. A pesar de que la acusación particular, ejercida por el letrado Eduardo Luna, había llegado a un acuerdo con la defensa y la fiscalía, el acusado ha empezado el interrogatorio explicando que todo pasó a la salida de la discoteca pero que no recordaba casi nada. Un relato en el que no reconocía los hechos tal y como se había fijado en el pacto. Sin embargo, tras volver a hablar con su abogada durante el parón, el procesado ha reconocido que le atacó con una botella rota: «Cogí una botella durante la pelea que ya estaba rota, me vi sangre y la usé contra él».

Por su parte, la víctima ha explicado que la agresión fue sin un motivo aparente. Que él estaba allí por un tema de «negocios» y que declinó tomar algo con un grupito en el cual se encontraba el procesado. Además, ha asegurado que los problemas de visión en el ojo le han causado, entre otras cosas, problemas laborales: «Ahora mismo me pones un palo aquí delante y me choco con él». Varios forenses han ratificado los informes de lesiones durante el juicio. En el pacto, se ha considerado el consumo de alcohol como un atenuante.