Las cámaras de seguridad caparon el intento de robo fallido en un cajero de Bahía Grande. | G.C.

TW
4

Los dos ladrones detenidos en Mallorca el pasado 26 de abril por intentar reventar un cajero automático en Bahía Grande, una información avanzada por este periódico, ya habían efectuado otros dos golpes con éxito: forzaron la caja fuerte de un Eroski de Muro llevándose más de 10.00 euros y se apoderaron de 15.000 euros tras perforar otra caja fuerte en un negocio del puerto de Palma. También habían robado en varios chalets de la Isla. Los arrestados contaban con un alto grado de especialización. Así lo ha explicado este martes por la mañana la Guardia Civil, que procedió al arresto de los dos hombres tras una laboriosa investigación, durante un acto donde han presentado a los medios todo el material intervenido.

Los dos ladrones tenían entre 30 y 40 años, uno de ellos trabajaba en una empresa de mantenimiento que empleaba para fijar sus objetivos, y a la hora de llevar a cabo los golpes eran multidisciplinares. Este martes algunos de los investigadores que han llevado el caso han reconocido su sorpresa por el alto nivel que presentaban a la hora de delinquir y por el variado material que poseían los dos detenidos para sus golpes: una herramienta hacker para clonar llaves de infrarrojos, equipos para la apertura de cerraduras convencionales y de cajas fuertes, palancas, inhibidores de frecuencia, un gato hidráulico, material de espionaje, clavos artesanales para pinchar ruedas en caso de persecución, etc.

Noticias relacionadas

Los dos detenidos en la denominada Operación Lanzeroski cometieron el golpe que da nombre a esta operación en un supermercado de Muro. Entraron al local con un butrón, emplearon el inhibidor para evitar las alarmas y fundieron la puerta de la caja fuerte con una lanza térmica. Se llevaron 10.000 euros. En otro de sus golpes, en un negocio del puerto de Palma, emplearon un proceso muy similar. Esta vez forzaron una ventana, inutilizaron la alarma y volvieron a fundir la puerta de la caja fuerte. Se llevaron 15.000 euros.

El que podría haber sido su último golpe antes de la detención fue en Bahía Grande. Los dos ladrones intentaron reventar un cajero automático con un mazo. Tenían preparado un todoterreno con un gancho, que habían robado en Palma, para arrancar su objetivo. Sin embargo no se salieron con la suya y abanadonaron el lugar con el botín. Para la huída, en caso de persecución, tenían preparados unos pinchos artesanales con el fin de pinchar las ruedas de los coches policiales.

«Se valían del trabajo de uno de ellos en una empresa de manteniento para obtener datos de los lugares donde había trabajado y posteriormente realizar los robos», ha explicado el portavoz de la Guardia Civil, Paco Molina. Los investigadores fueron estrechando el cerco y analizando las cámaras de seguridad de las inmediaciones de donde habían realizado los golpes para lograr identificarlos. El hecho de que no cometieran grandes fallos durante sus actuaciones complicó en gran medida el trabajo de la Benémerita que aún así ha logrado resolver el caso. La investigación continua abierta y no se descartan nuevas detenciones ya que estos dos hombres podían contar con otros colaboradores.