Turistas casi desnudos disfrutando de la fiesta de Punta Ballena. | Michel's -

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Arranca una nueva temporada cargada de grandes dosis de desmadres, alcohol, droga, prostitución, robos y violencia. A finales de abril, especialmente durante los fines de semana, miles de turistas se divierten en la denominada ‘milla de oro’ del desenfreno y la diversión. Es decir, en uno de las principales zonas turíscas de Balears.

La llegada masiva de turistas a Punta Ballena ha traído parejo la aparición, un año más, de traficantes y prostitutas, a la caza de los veraneantes bebidos. Ayer de madrugada, un equipo de Ultima Hora fue testigo de que en la polémica calle de Magaluf ya pululan clanes nigerianos y rumanos dispuestos a hacer su particular agosto.

La calle, a las once de la noche, empieza su actividad. Se nota que estamos a principio de temporada, pero aún así se cuentan por miles los jóvenes dispuestos a darlo todo. El reloj marca la una y media de la madrugada, la afluencia de público -en su mayoría jóvenes británicos- es muy considerable. Los servicios sanitarios alertan de la presencia de de drogas de diseño cuyos efectos producen espasmos y pérdida del control. Peleas, borracheras antológicas, desfase, prostitución, bandas organizadas de descuideros y vendedores de droga, se apoderan del lugar.
Hay cosas que nunca cambian. Y Punta Ballena es una de ellas. Según apuntan los empresarios, los fines de semana se contabilizan algo más de 50 robos por día. Los turistas, en su mayoría británicos bajo los efectos del alcohol o drogas, se convierten en blancos muy fáciles para las bandas de ladrones que operan en el lugar.

Por su parte, Diego Belmonte, presidente de la Asociación de Empresarios y Trabajadores de Calvià (Emytra) y una de las personas que mejor conoce Punta Ballena, explica: «En primer lugar hay que dejar claro que los turistas que nos visitan, en su gran mayoría jóvenes, vienen a divertirse, pasarlo bien y disfrutrar de sus vacaciones. Son chavales y no hay que criminalizarlos bajo ningún concepto. Los problemas reales son otros y hay que ser capaces de afrontarlos y darles solución», señala Belmonte. El portavoz vecinal y empresarial sostiene que «Uno de las grandes lacras que tenemos aquí es la venta de droga. Especialmente por parte de los ‘morenos’. La Policía Local y la Guardia Civil son conocedores a la perfección de la gran cantidad de venta de droga que distribuyen y ofertan a los turistas. A lo largo de un solo día, los clanes africanos pueden practicar más de 300 pases. Es más, creo que me quedo corto. Se los llevan a los callejenos o a zonas un poco más apartadas y allí realizan las operaciones», añade.

Punta Ballena la noche de este pasado sábado.

Los empresarios de la zona son muy conscientes de la importancia de trabajar para mejorar la calidad del turismo, pero lamentan que la ‘Ley de excesos’ aprobada por el Govern debería ser de obligado cumplimiento para todo el territorio balear sin excepciones.

Otro de los puntos más conflictivos son la gran presencia de prostitución nigeriana. Abordan a los turistas borrachos y, además de robarles sin ofrecen resistencia les propinan grandes palizas. «Resulta curioso que hace unos días viniera el ministro Grande-Marlaska a la zona, se hiciera una foto y presentara la oficina de Atención al Turista. Resulta que nada más subirse en el coche quitaron la bandera y la tienen cerrada a cal y canto», añade el presidente de Emytra.

Durante toda la noche, el equipo de Ultima Hora coincidió con varias patrullas de la Policía Local de Calvià y también de la Guardia Civil. Es más, se detectó la presencia de agentes de paísano y una gran presencia de seguridad privada en la zona. En torno a las tres de la madrugada, una ambulancia del SAMU-061 tuvo que llevarse al hospital a una joven tras caer desplomada, supuestamente, por una gran ingesta de alcohol o de sustancias estupefacientes.

Punto de vista
Javier Jiménez

Las bacanales romanas

Javier Jiménez

En la antigua Roma, a la que tanto debemos, no se aburrían casi nunca. Las bacanales eran antológicas y los participantes necesitaban de varios días para recuperarse. Algo parecido a lo que ocurre con los turistas británicos de Punta Ballena, que en el porte son poco romanos pero que mantienen vivo el espíritu de aquellas orgías épicas.

Ayer de madrugada, el pistoletazo de salida a las noches locas de Magaluf, fue más bien un tímido ensayo de lo que se avecina: gladiadores entrenando con una copa de plástico en la mano y fieras rugiendo sobre el asfalto. Un coliseo moderno con el público entregado. Y sediento.