El acusado, este lunes, durante el juicio celebrado en una sala de lo Penal de Vía Alemania. | R.S.

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Eran muy amigos, casi como hermanos, pero todo se truncó en el momento en el que uno consiguió acceder al Ejército y el otro se quedó a las puertas. A partir de ahí la víctima empezó a vivir una auténtica pesadilla en la que llegaron a aparecer un coche calcinado, dos con diversos daños de consideración, mensajes anónimos y hasta un falso secuestro para tener coartada.

Una sala de lo Penal de Palma acogió ayer el juicio contra un joven por acosar y pegar fuego al coche de un amigo en Andratx, además de provocar daños en el de su novia y su padre durante el verano de 2019. La Fiscalía solicita para el procesado, que negó los hechos ante la jueza, cinco años de prisión por un delito continuado de daños y amenazas.

Durante la vista, el perjudicado, asistido por el abogado Tomeu Vidal, relató el calvario vivido durante algo más de diez días. «Tuve realmente miedo. Vino a mi casa, me quemaron el coche, amenazaron a mi novia, aparecieron anónimos amenazantes...», explicó. El joven tiene claro el motivo. «El Ejército nos separó y eso a él no le sentó bien», dijo. El 21 de julio el coche de la novia del denunciante apareció con pintadas de spray y lleno de rayaduras. Nueve días después, el 30, ardió de madrugada el coche de la víctima, con una nota escrita a ordenador amenazante, y ese mismo día apareció una furgoneta del padre, conducida esa jornada por el joven, con los cables de los frenos cortados. Sobre el episodios de su vehículo calcinado, el perjudicado recordó que el acusado le llamó «quince minutos antes de que empezara a arder». Estaba durmiendo y no vio la llamada.

El progenitor de la víctima relató que llamó al imputado, del que evidentemente aún no sospechaba, cuando se enteró del problema con la furgoneta, ya que tenía nociones de mecánica. «Al llegar allí supo qué tenía en unos pocos minutos. Cuando la llevé a arreglar al mecánico tardó más de media hora», argumentó. El procesado, según recordaron los agentes de la Guardia Civil, llegó a inventarse una retención ilegal para tener coartada cuando ocurrieron los hechos. El acusado negó las acusaciones sobre él. «Se cebaron conmigo. Yo no hice nada», insistió una y otra vez durante su declaración. El juicio quedó visto para sentencia.