Siete integrantes de la banda Caserío 24/7, ayer, en un descampado situado junto al Parc de sa Riera, en Palma. | JOSÉ A. RAMIREZ

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La música rap retumba este sábado por la tarde en un descampado situado junto al Parc de sa Riera, en Palma. Un grupo de jóvenes, entre los que se encuentran menores, torran carne, fuman marihuana y cantan. Tienen una AK-47 de airsoft y pistolas simuladas guardadas en los bolsillos. Son los integrantes de la banda el Caserío 24/7, los okupas de la antigua sucursal de San Fernando, que ahora se han instalado en el local de otro banco abandonado. Habla su joven portavoz, ‘Locuras'.

¿Qué es el Caserío 24/7?
— El Caserío nació cuando un colega se quedó sin casa. No sabía dónde ir y entonces abrimos un banco. No somos una banda, somos una familia. La mala fama empezó poco a poco.

¿Cuántos son?
— Alrededor de cien personas. Ahorita ya no hay racismo, ya no es como antes que había Latin Kings. Ahorita somos una familia de Ecuador, República Dominicana, Colombia, Argentina, Brasil, África e incluso China. Todo el mundo es bienvenido.

Palma sucesos El Caserío banda juvenil. Fotos José Antonio Ramírez (18).jpg
‘Locuras', portavoz de Caserío 24/7.

Tenían una serie de lujos en la sucursal como una piscina o una videoconsola.
— Sí, es verdad. Dos amigos pasaron por un chalet y cogieron una piscina hinchable. También un televisor y una Play 5 que trajo un chico que durmió en el calabozo por robarla.

Ustedes han cometido numerosos robos.
— A ver, le digo la verdad. Los chavales no tienen papeles, hay gente que a veces trabaja, pero otros chicos no pueden. Tampoco somos santos, nosotros pecamos, como todo el mundo. Los políticos pecan, la policía peca... hay veces que ha robado gente que luego va al Caserío. Hay días que ni comemos. Cuando la situación se pone dura nos vemos obligados a eso...

En sus filas tienen a un chico de 13 años de edad fugado de un centro tutelado de Santa Maria.
— Muchas veces le hemos aconsejado y le hemos dicho que vuelva al centro, pero no sé qué pasa que no le gusta. Tiene a su papá preso, su madre no está aquí y prefiere pasar hambre.

¿Entiende que la gente piense que son una banda peligrosa?
— Por boca de otros siempre vamos a tener mala fama, eso lo primero. El lobo nunca va a ser bueno si caperucita cuenta la historia, eso es lo que nos está pasando a nosotros. Los periodistas escriben lo que la policía les dice que tienen que poner y nos hacen ver como malos. En realidad no somos malos. Hay gente que viene y no tiene sitio donde vivir y nosotros les hemos ayudado dándoles casas okupadas. Creo que hemos hecho cosas buenas, ayudamos a gente que está durmiendo en la calle.

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Tres miembros de el Caserío 24/7 tras improvisar varias canciones en sa Riera.

¿En Mallorca hay muchas bandas juveniles?
— Sí, la gente siempre se quiere representar por un grupo de personas y, si no es una banda, será un grupo de música o de fútbol. Los de el Caserío no somos una banda, somos una familia que lucha día a día y tratamos de sobrevivir.