TW
9

Los vecinos de la antigua sucursal bancaria de San Fernando, hasta ahora okupada y convertida en un foco de conflictos, parecían este jueves por la mañana ajenos al cantar de los niños de San Ildefonso. Mientras buena parte de España estaba pendiente del sorteo de la Lotería de Navidad, tres trabajadores sellaban con barreras metálicas el polémico local bajo la atenta mirada de algunos vecinos. «A mi ya me tocó la lotería. Fue el pasado martes a las 16:30, cuando procedieron a desalojar la sucursal», explicaba Santos González, un vecino de la zona.

Este vecino, que tienen la vivienda en una planta baja contigua al local okupado, relataba este jueves por la mañana que ha sido un año de «pasarlo fatal» y de «dormir muy poco» por miedo a que los okupas saltasen a su terraza. Lo hicieron más de una vez, especialmente cuando les cortaban la luz. «No sé si querían robar o solo buscaban un enchufe, pero me he pasado muchas noches de guardia», explicaba González.

ASS221222001 (46).jpg
Santos González posa contento delante de la puerta de la antigua sucursal. Foto: A. Sepúlveda
Noticias relacionadas

Por su parte, el presidente de la comunidad más afectada por los okupas, Francisco Guerrero, observaba desde su terraza a los operarios encargados de sellar la antigua sucursal. Los individuos que la habitaban habían entrado en numerosas ocasiones en su portal para alterar los contadores y engancharse a la luz, las amenazas también eran constantes.

ASS221222001 (22).jpg
Francisco Guerrero observa desde la terraza los trabajos para cerrar. Foto: A. Sepúlveda

Aliviado, comentaba a este periódico que realmente ha faltado poco para tener que lamentar una tragedia: «La verdad es que nos hacía mucha falta que nos quitarán esto de en medio. Se ha hecho demasiado largo. La última movida con los cuchillos y armas de esta última semana fue ya otro nivel. Ya no sabíamos que esperar. Faltó muy poco para tener aquí a bajo un coche de la funeraria». Sin embargo, lamenta que «estos conflictivos okupas se habrán ido a otro local y estarán molestando a otros vecinos».

ASS221222001 (35).jpg
Delfín García, en el portal contiguo de la sucursal. Foto: A. Sepúlveda

Delfín García, vecino también, se mostraba prudente a la hora de valorar el cierre total de la sucursal: «Este miércoles por la noche un impresentable de esos amenazó de muerte a mi mujer. Aunque los han sacado y estén cerrando ahora el local con barreras todavía vamos a tardar un tiempo en recuperar por completo la normalidad. Nos da tranquilidad, pero todavía falta».