La pareja, este jueves, en el juicio celebrado en Palma. | Guillermo Esteban

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Utilizaba una caja búnker de grandes dimensiones y dos imanes para quitar el sistema de alarmas. En el vehículo de la pareja, la Policía Nacional encontró, además, un rollo de papel de aluminio y unas tijeras.

–¿Usted decidió con antelación ir a robar a los grandes almacenes el 23 de julio de 2020?– ha preguntado la fiscal, este jueves, en el juicio celebrado en Palma.

–No te sabría decir. Estaba viviendo en la calle, iba colocado de pastillas y no sé qué pasó por mi cabeza– ha respondido el acusado de robar un purificador de aire y un proyector, valorados en 848 euros, en un centro comercial de Palma. «Ella no ha hecho nada, no tiene nada que ver aquí. Llegamos a la tienda y ella se fue a hacer sus cosas y yo las mías».

El joven ha exculpado a su entonces pareja. Las cámaras del establecimiento, sin embargo, grabaron toda la secuencia y en las imágenes también aparece la mujer, que estaba embarazada. La chica se desvinculó: «Fuimos a comprar cosas para la niña, yo no vi lo que cogió. Le insistí en que la niña necesitaba cosas y que me tenía que acompañar a comprar. El día anterior lo habían sacado de una casa abandonada y quedé con él».

El vigilante de seguridad comprobó las cámaras de videovigilancia y explicó ante la jueza titular del juzgado de lo Penal 6 de Palma que la joven distraía a los vendedores para que él robara los productos. Los utensilios que utilizaron para cometer los robos, un rollo de papel de aluminio para eludir las alarmas y unas tijeras, estaban escondidos en el coche de la mujer, que fue sorprendida en el aparcamiento.

–¿Usted vio que ella sustrajera algo?– preguntó la representante del Ministerio Público al trabajador del centro comercial.

–Si tuviéramos la más mínima duda no la hubiéramos bajado al despacho.

La fiscal pidió ocho meses de cárcel para cada uno por un delito de hurto. «La pareja se encontraba en una situación precaria y decidió ir a los grandes almacenes a robar. A ella se le ve en todo momento sin ningún tipo de preocupación por los pasillos del establecimiento pese a que su novio portaba una caja de grandes dimensiones. El vehículo con el que acudieron al centro comercial era de ella. La chica participó en los actos preparatorios y señaló los objetos que podían ser robados. Y en el momento de la sustracción se aleja para hablar con los dependientes», señaló la representante de la acusación pública.

«Si hubieran estado en plantas diferentes o él no llevara un elemento tan voluminoso como la caja búnker par cometer la sustracción podría haber dudas», concluyó. El abogado defensor del hombre solicita una pena de tres meses de prisión para su cliente, que estuvo viviendo en una cueva. «Los vigilantes de seguridad sabían desde el principio que iba a robar. Es un hurto cometido muy torpemente». La letrada de la chica solicitó su absolución: «A ella no se le ve sustraer ningún objeto ni en actitud vigilante».