Los acusados declararon ante la autoridad judicial, que después ordenó que todos ellos ingresaran en prisión. | Alejandro Sepúlveda

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Pleno al tres. El trío acusado de asaltar casas de empresarios en Andratx ingresó este sábado en prisión después de prestar declaración en el    juzgado de Vía Alemania, en Palma. Ahora, la Policía Judicial de la Guardia Civil investiga cómo sabían cuándo había dinero en las casas y por qué conocían la distribución interna de las viviendas.

Tal y como adelantó en primicia Ultima Hora, el primer detenido fue un chileno y poco después cayó un polaco y el viernes el cabecilla de la organización, un español. En principio no son toxicómanos, aunque en el coche en el que se movían se halló una pequeña cantidad de ‘éxtasis’ en un doble fondo. La Policía Judicial de Calvià seguía los pasos de la banda después de que asaltaran cuatro casas y, en una de ellas, amenazaran al matrimonio con una pistola. El arma la consiguieron en otro de sus palos.

Vigilancias

De los interrogatorios y las diligencias policiales se desprende que los tres amigos tenían un método infalible para robar. Primero buscaban viviendas de empresarios, de cierta solvencia económica, y después las sometían a vigilancia. Conocían, de esta manera, los movimientos de los propietarios y en cuanto se ausentaban, dos de ellos forzaban uno de los accesos y entraban en la casa. El otro se quedaba al volante del coche, con el motor en marcha y listo para recoger a sus acólitos al mínimo problema.

Lo hicieron de esta manera en tres ocasiones, pero en una fallaron. Dentro estaba un matrimonio, dueños de un restaurante ubicado en los bajos de la vivienda, y en lugar de huir, los dos hampones los amenazaron con una pistola y les obligaron a entregarles 2.500 euros. Ese último golpe fue su tumba. El cerco empezó a estrecharse y finalmente los investigadores dieron con la pista clave. Uno a uno, los tres amigos fueron cayendo con horas de diferencia. La oleada de robos en casas de empresarios había causado cierta psicosis en Andratx, donde los vecinos ahora respiran aliviados.