Un agente en el matadero clausurado. | Twitter: @gcivilbizkaia

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Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, con el apoyo de la Comunidad de Madrid, han clausurado un matadero ilegal ubicado en el municipio de El Molar que no contaba con los controles sanitarios correspondientes y que vendía carne a restaurantes asiáticos de distintos puntos del país. La actividad, completamente clandestina, se ubicaba en el entorno de influencia del primer foco de gripe aviar detectado en Madrid el pasado mes de febrero, ha informado este jueves la Comandancia de Madrid en un comunicado. Los agentes localizaron en la explotación un total de 650 animales -gallinas, patos, cabras, cerdos y burros- y decretaron su sacrificio tras detectar un positivo en salmonella entérica. Seis personas, cinco hombre y una mujer, todas de origen asiático y responsables del matadero, fueron detenidas ante la situación de insalubridad en la que se encontraban las instalaciones y los animales.

También se les atribuye un delito de maltrato al carecer de medidas de bienestar animal y métodos de aturdimiento en el sacrificio para evitar el sufrimiento innecesario, como establece la normativa. El grupo tenía puntos de venta en El Molar, Aranjuez y Fuenlabrada (Madrid), Lebrija (Sevilla), Lucena (Córdoba), Fuente del Fresno (Ciudad Real), Manises y Alfafar (Valencia), Lugones (Asturias), Liencres (Cantabria) y Basauri (Vizcaya). La operación tuvo su origen en las vigilancias que realiza el Seprona en la lucha contra el fraude alimentario, reforzadas tras detectarse en febrero el primer caso de gripe aviar en la Comunidad de Madrid.

En el marco de esos operativos se ubicó una parcela en la que se sacrificaban animales y se observó la quema de sus restos. Los agentes descubrieron que los responsables del matadero sacaban la carne de los animales sacrificados en furgonetas o turismos sin cadena de frío. En unas ocasiones, la mercancía era transportada hasta un polígono situado en Fuenlabrada, desde donde se distribuía a restaurantes regentados por ciudadanos asiáticos; en otras, un establecimiento guardaba la carne en sus neveras y posteriormente la distribuía a través de un servicio de mensajería.

El transporte se realizaba sin ningún tipo de control sanitario, por lo que, tras realizar todas las comprobaciones en materia administrativa, el Seprona procedió a registrar el matadero con la autorización judicial y la colaboración de inspectores de la Dirección General de Agricultura, Ganadería y Alimentación de la Comunidad de Madrid. En el operativo se intervinieron 350 kilos de carne listos para su distribución al público. Además de los seis detenidos, 12 personas han sido investigadas por delitos de estafa, contra el mercado y los consumidores y contra la salud pública.