Agentes de la Guardia Civil este sábado en el lugar del accidente. | IB3

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Vuelco en la investigación. El juzgado ha ordenado la mañana de este sábado que sea la Guardia Civil de Tráfico la encargada de realizar la investigación del accidente mortal del coche de la Policía Local en el Passeig Sagrera. Hasta ahora, al tratarse de un siniestro con víctimas en el casco urbano, la competencia era exclusivamente de la Policía Local de Palma, que de hecho fueron los primeros en hacer un primer atestado en la misma madrugada del accidente.

Sin embargo, han surgido algunas controversias y para evitar «malas interpretaciones» la autoridad judicial ha decidido que la Benemérita lleve a cabo una investigación judicial y determine sus propias conclusiones. Este sábado por la mañana, pasadas las 10.00 horas, dos furgones de la unidad de atestados de la Guardia Civil de Tráfico han acudido a aquel tramo junto al Consolat de Mar y han realizado un completo reportaje fotográfico al tiempo que calculaban datos como la velocidad a la que iba el coche policial y las marcas de frenada que dejó sobre la calzada.

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Este periódico ha contactado esta mañana con el cuartel San Fernando, y los mandos han mostrado su sorpresa por el hecho de que sea ahora la Guardia Civil la encargada de investigar lo sucedido. La autoridad judicial quiere despejar de esta forma todas las dudas que aún perduran sobre las circunstancias del accidente. La mañana de este viernes la regidora de Seguridad de Cort, Joana Maria Adrover, y la comisaria de la Policía Local de Palma, Antonia Barceló, desmintieron que se hubiese encontrado una botella de alcohol en el coche policial, tal y como aseguraban algunos testigos del siniestro. «No había ninguna botella dentro del coche. No sabemos qué intención hay en decir esto», señalaron.

También aprovecharon la comparecencia, convocada de urgencia de madrugada, para volver a reiterar que el vehículo llevaba las señales luminosas encendidas, rechazando de nuevo la versión de varios testigos. «No hay ninguna duda de esto», dijo la comisaria. La prueba de alcoholemia al conductor -en la que dio 0,0- fue realizada por sus propios compañeros, así como la primera inspección ocular en el lugar del siniestro. La víctima del accidente, Mario Decandia, era un italiano de 36 años que trabajaba como camarero en un negocio cercano al lugar de los hechos. Al terminar su jornada en el restaurante 49 Steps, en la segunda planta del Moll Vell de Palma, y mientras caminaba con dos compañeros el coche de la Policía Local los atropelló a la altura de la escultura de Palma, del artista Pep Llambias.