El imputado se declaró culpable en un juzgado de lo Penal de Vía Alemania, en Palma.    | Juan P. Martínez

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El dueño de un bar de Manacor fue condenado este viernes por un juzgado de lo Penal de Palma a quince meses de prisión por el excesivo ruido que emanaba del local desde 2016 y hasta finales de 2018. El acusado además abonará una multa de 360 euros por los perjuicios de salud ocasionadas a uno de los vecinos del negocio, al que también indemnizó con 3.000 euros antes de la vista. La fiscal apreció el atenuante de reparación del daño y dilaciones indebidas, ya que la causa estuvo paralizada por causas ajenas al acusado. El imputado, defendido por el abogado Daniel Castro, no entrará en la cárcel al quedar la pena suspendida los próximos tres años. En dicho periodo no podrá volver a delinquir.

Tal y como sostiene la Fiscalía, los ruidos procedentes del bar, que regentaba el imputado, impedían a los vecinos, y concretamente a uno, desarrollar su vida con normalidad. Este residente presentó numerosas quejas y denuncias al Ajuntament de Manacor y a la Policía Local. Se realizaron mediciones sonométricas en el interior del domicilio del perjudicado y duplicaba el nivel de ruido permitido.

El 9 de mayo de 2017 se dictó una medida cautelar de suspensión de la actividad y, pese a ello, el acusado siguió con la actividad y no limitó la emisión de sonido. El vecino sufrió debido a dicha situación graves problemas de salud que degeneraron en un trastorno adaptativo mixto con manifestaciones de ansiedad y ánimo deprimido. La jueza dictó sentencia ‘in voce’ en el acto.