El confinamiento trajo un hundimiento sin precedentes de la actividad en el poblado. Poco a poco el ritmo se retoma. | Alejandro Sepúlveda

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Mientras los políticos siguen inocentemente tratando de desmantelar Son Banya, con escasa suerte, los narcotraficantes del poblado hacen lo que vienen haciendo durante los últimos cuarenta años: forrarse. Con una novedad: de un tiempo a esta parte en los 28 puntos de venta del gueto se vende masivamente Viagra ‘ilegal’, cocaína rosa (muy peligrosa) y Kamagra, otro potenciador sexual.
«Muchos de los consumidores habituales de ‘coca’ van de fiesta y tienen previsión de ligar, por lo que los narcos les incluyen Viagra u otro compuesto para erecciones. Así se llevan el ‘pack’ completo. Desde el punto de vista del márketing, es una jugada magistral», explicó esta semana uno de los mayores expertos policiales en Son Banya.

Tras los meses duros de confinamiento por la pandemia, cuando las ventas se desplomaron, ahora el poblado ha recuperado su actividad casi normal y cada noche, sobre todo los fines de semana, hay colas de vehículos a la entrada del gueto. Y los nuevos narcos, algunos de ellos bastante jóvenes, han apostado por diversificar el negocio. Un ‘renovarse o morir’ de manual. La cocaína, marihuana, hachís o incluso heroína ya se venden en Son Gotleu, La Soledad o ‘Corea’, así que los puntos de venta de Son Banya añaden ahora un plus tentador: Viagra, Kamagra y ‘coca’ rosa.

Esta última, conocida también como ‘Tucci’, es una sustancia sintética. Se le añade LSD y MDMA (éxtasis), además de un polvo edulcorante que le da su característico color rosáceo. Produce efectos alucinógenos tan extremos que puede llevar a la muerte. Los investigadores fijan su origen en fiestas de alto nivel en Ibiza, hace algunos lustros. Ahora, su consumo está muy extendido en Mallorca.

Por su parte, la Viagra que se vende masivamente en Son Banya se compra en internet, y suele proceder de países del Este de Europa. Cada pastilla se vende por unos tres euros, un precio muy inferior al que cuesta una caja de cuatro dosis en una farmacia. Con la salvedad de que allí tienes que presentar una receta. En Son Banya, no. Un dato policial que evidencia el éxito en ventas de la nueva Son Banya es que cada 12 horas los narcos tienen que reponer las sustancias, que se agotan a un ritmo vertiginoso. Especialmente los viernes y los sábados. La crisis económica en ciernes no ha llegado al poblado.

El apunte

Cada punto de venta gana 12.000 euros al día

Los cálculos policiales apuntan a que cada punto de venta de Son Banya gana al día una media de 12.000 euros. Lo que supone, teniendo en cuenta que ahora hay 28 de estos enclaves, 360.000 euros en solo 24 horas. La cocaína, que sigue siendo la estrella indiscutible, es de las más puras de España. Incluso de Europa.