El procesado antes del juicio en la Sección Primera de la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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El okupa reconvertido en desokupa. Un joven que prendió fuego a una casa okupada por un padre y su hijo en el Coll d’en Rabassa ha sido condenado por la Audiencia de Palma a cuatro años de cárcel. El acusado, de 29 años, residía de okupa en la vivienda junto a su pareja y tras regresar de vacaciones vio a las víctimas en el interior del domicilio, por lo que decidió incendiarlo. El encausado sufrió un ataque de ansiedad en los calabozos, ayer, minutos antes del juicio en la Sección Primera y avisaron a una ambulancia. Los servicios sanitarios le dieron medicación y una forense acudió para determinar si estaba en condiciones de afrontar la vista oral.

La médica dio el visto bueno y el hombre, custodiado por dos agentes de la Policía Nacional, accedió a la sala y se puso una braga en la cabeza para evitar que le reconocieran. El tribunal tuvo en cuenta la circunstancia atenuante de reparación del daño después de que el joven haya consignado 220 euros por el coste de la intervención de los bomberos. Además, también apreció la analógica de arrebato, ya que sufre un trastorno de la personalidad. Los hechos se produjeron sobre las 16.20 horas del pasado 5 de junio. El acusado se personó en la puerta de la casa en la que vivía junto a su pareja como okupa tras comprobar que la había okupado un padre y su hijo. En el portal de la vivienda dejó una garrafa de cinco litros de gasolina y desde varios metros de distancia utilizó un mechero para prender fuego al inmueble.

La fuerte llamarada alcanzó tanto la planta baja como el primer piso. El padre y su hijo, que estaban en la cocina, empezaron a oler a humo y observaron las llamas desde el interior de la casa. Los perjudicados consiguieron salir del domicilio sin sufrir ningún tipo de lesión.