Miguel Ángel Subirán, cuando declaró como investigado por irregularidades en el ‘caso Cursach’, junto a su abogado.  | Pere Bota

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El exfiscal Miguel Ángel Subirán actuó durante sus últimos cinco años en el Ministerio Público con un trastorno psicológico. Según el último informe forense aportado al TSJIB fue diagnosticado en el año 2014, el mismo en el que comenzó la instrucción de la causa de corrupción policial en Palma y Calvià que derivó en el ‘caso Cursach’ y todas sus ramificaciones. Durante todo ese polémico proceso ese trastorno estaba activo.

El nuevo informe responde a una petición del magistrado del TSJIB Carlos Gómez. El instructor de la causa por irregularidades en la actuación de Subirán y del juez Manuel Penalva acordó archivar la causa para el primero al entender que no está en condiciones psicológicas para afrontar su defensa en un proceso penal. Esa decisión es revisable y el exfiscal tiene que pasar por exámenes psicológicos periódicos. De cara al último, el juez instructor ordenó la intervención de un psiquiatra forense.

Cuando le fue diagnosticado este trastorno, el caso de corrupción policial estaba en una fase muy incipiente. De hecho fue el año en el que se abrió la pieza principal. Apenas se habían producido las primeras denuncias en torno al amaño de unas oposiciones en la Policía Local de Palma. De ahí comenzaron a investigarse irregularidades de un grupo de agentes enPlatja de Palma y, tras la entrada del magistrado Manuel Penalva en el juzgado, la instrucción se aceleró y se llevaron a cabo decenas de detenciones y de ingresos en prisión preventiva pedidos por Subirán.

Síntomas

El informe forense señala que el mismo trastorno que le fue diagnosticado entonces es el mismo que aún pervive y cuyos síntomas se han mantenido a lo largo del tiempo. Cita a autores que vinculan esta patología con «un sesgo en la percepción y en los recuerdos». Durante buena parte de la instrucción, Subirán denunció ataques hacia su persona, entradas en sus viviendas y robos de vehículos, además de seguimientos y otras amenazas de las que se responsabilizaba a los investigados. El informe incide en esa sensación de inseguridad y ese pensamiento «obsesivo» y añade que no puede descartarse que «en algún momento presenten un carácter delirante».

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Subirán actuó en el caso hasta que surgieron las sospechas por revelación de secretos y el juez Miquel Florit comenzó a investigar esa trama. En 2019 fue apartado de Anticorrupción y, en junio de 2020 obtuvo la jubilación por incapacidad, la misma situación que se le ha reconocido hace un mes al juez Manuel Penalva.

Archivo

Los dos principales investigados en el TSJIB aguardan la resolución del caso después de que Gómez cerrara la investigación e iniciara los trámites para que Penalva fuera juzgado por omisión del deber de perseguir delitos y revelación de secretos. Las acusaciones particulares y la Fiscalía Anticorrupción recurrieron esta decisión ante la Sala de loPenal del tribunal para que se abra la investigación a otros delitos como detención ilegal o coacciones a testigos. Esas alegaciones están pendientes de ser resueltas por la Sala.

Al igual que ocurre con este procedimiento, también está en el limbo la celebración de las cuatro piezas pendientes de juicio derivadas de la investigación de Subirán. La Audiencia Provincial aún no ha puesto fecha al juicio del ‘caso Cursach’ en el que la calificación de la Fiscalía fue redactada por Subirán en el año 2017. También están sin fecha otros tres procesos, si bien en estos casos la calificación es de otros fiscales de Anticorrupción.

Las acusaciones piden la comparecencia de las forenses

Las acusaciones personadas en el TSJIB han reclamado de nuevo la comparecencia de las dos médicos forenses que suscriben el informe para aclarar hasta qué punto el exfiscal puede o no defenderse en un procedimiento judicial. El informe que se ha notificado ahora a las partes será también aportado en los juicios derivados de la actuación de Subirán para cuestionar el papel de la Fiscalía en esos procedimientos.