El acusado en el juicio en una sala del Juzgado de lo Penal número 6 de Palma. | Guillermo Esteban

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Bartolomé B. tuvo este miércoles en frente a la jueza que le impuso la condena número 42 de su carrera delictiva. Tiene una hoja histórico penal compuesta por 36 folios que no deja de engrosar. El hombre fue juzgado por un supuesto robo de una mochila, que contenía un dron valorado en 1.049 euros, una cámara GoPro y tarjetas de memoria, en el restaurante Noveno B de Palma, el 4 de septiembre de 2020.

El delincuente multirreincidente solo respondió a las preguntas de su abogado, Miguel Ángel Ordinas, y dijo que consume drogas desde los 16 años y que ese día «iba pasado» y no se acuerda de nada.

Las cámaras de seguridad del establecimiento grabaron al sospechoso entrando tranquilamente en el local y saliendo con la mochila. El propietario del restaurante, situado en la calle 31 de Diciembre, declaró en el juicio como perjudicado: «Lo hizo de forma tan natural que pensamos que era alguien del equipo», comentó en referencia al robo. El ladrón se montó en una bicicleta y huyó hacia la calle Blanquerna. El hurto se produjo a las 11.18 horas, cuando había personal de la cocina y técnicos de extinción de incendios trabajando en el establecimiento.

La fiscal Lidia del Valle, que pide una condena de un año y tres meses de cárcel para Bartolomé B., señaló en su informe que se trata de «una persona conocida por sus numerosos antecedentes policiales y penales y no fue muy difícil su identificación».

La jueza tuvo que llamar la atención al hombre hasta en tres ocasiones durante el juicio porque estuvo sentado en el banquillo con los brazos sobre el respaldo y las piernas estiradas.