El acusado, de 34 años de edad y de nacionalidad española, reconoció los hechos ante la juez y aceptó el pago de una multa de 180 euros como autor de un delito leve de coacciones.
El incidente se remonta entre finales del mes de junio y el 1 de julio. La expareja del procesado y los dos hijos que ambos tienen en común, con los que no tenía ningún tipo de relación el acusado desde hacía tiempo, se marcharon de vacaciones.
El hombre, que conservaba una copia de las llaves de la casa, a pesar de haberla abandonado hacía siete años, accedió al inmueble y colocó dos cadenas de eslabones de acero y dos candados en la puerta de acceso. Asimismo colocó bombonas de butano, barras de hierro y aluminio a modo de barricada.
Su exmujer y sus hijos regresaron sobre las 23.00 horas del 1 de julio y no pudieron entrar en su vivienda. Tras varios intentos, el hijo de la perjudicada logró acceder al inmueble forzando la puerta que daba acceso al garaje. Dentro de la casa se encontraba el acusado, que se negó a abandonar la casa. La Policía Local de Palma lo acabó arrestando.
Inicialmente la Fiscalía solicitaba para el hombre una sanción de 3.600 euros por un delito de coacciones. Tras un acuerdo de su representante legal con el ministerio público, la condena quedó fijada en la multa de 180 euros.
1 comentario
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No me parece nada extraño, conozco varios casos de desesperación como este. Algo tan común como una separación, suele acabar con beneficios como la casa para la ex mujer y a él durmiendo en una habitación de un piso compartido aunque la casa fuera solo suya. No entiendo para nada la igualdad en estas situaciones, debe prevalecer el bienestar de los niños y no es justo que estén en una casa con su madre y en una habitación con el padre. Mismas responsabilidades, mismos derechos, IGUALDAD REAL YA!!