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«Era feliz con su novio, pudo ser un accidente que terminó en tragedia». La madre de , Elena Livigni Giménez, la joven fallecida en Ibiza, se resiste a creer que la muerte de su hija fuera un asesinato machista.

En declaraciones al periódico italiano Corriere della Sera, Carmen Gimenez Roman, ha explicado que «él no era un hombre violento» aunque reconoce que puede que aquel día discutieran.

Al contrario que los amigos de la joven que recientemente sugirieron que un suicidio era «poco probable» y que se trataba de un asesinato, la madre de la fallecida plantea una tercera opción: un fatídico accidente de la joven y el posterior suicidio de Kamil, su novio.

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Elena Livigni Giménez tenía 21 años y era italoespañola. Estudiaba una doble titulación en Derecho y Relaciones Internacionales en una reconocida universidad de Barcelona, donde vivía con su novio Kamil, de 26 años. Su padre, Massimiliano Livigni, es gerente de una prestigiosa empresa.

Kamil Archane era nativo de Casablanca y había estudiado Administración de Empresas en Canadá y Literatura Francesa en París, antes de trasladarse a Barcelona donde conoció a Elena a través de una amiga en común.

La Policía Nacional ha remitido este miércoles a la autoridad judicial su investigación sobre el caso. El informe policial remitido al Juzgado de Instrucción número 3 de Ibiza mantiene la hipótesis de que se trata de un caso de violencia machista.

El juez deberá sacar las conclusiones definitivas en base a los informes de los investigadores, los forenses y las pruebas periciales. La Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género aún no incluye en sus estadísticas oficiales a la joven como víctima de violencia de machista.