Agentes de policía registrando ropa de los sospechosos en busca de dinero o droga escondida. | C.N.P.

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Cinco calles enteras bajo su control. El clan de ‘El Seco’ desarticulado el jueves en Palma, en la ‘operación Comecocos’ que se saldó con quince detenidos, no tenían suficiente con el feudo que habían creado y estaban planeando expandirse a la barriada de Pere Garau y a la plaza de las Columnas. El Grupo de Estupefacientes les ha hecho cambiar de idea.

Tal y como adelantó en primicia en su web Ultima Hora, los narcos se habían establecido en las inmediaciones de la Comandancia de la Guardia Civil de Palma, en la calle Manuel Azaña, dando por hecho de que en esas calles no llamarían la atención, ya que la entrada y salida de vehículos policiales es continúa y ningún clan se asentaría allí.

Fuera de control

Sin embargo, la situación se les fue de las manos. Sus tentáculos se extendieron tan rápido que no contaron con el factor vecinal. Los residentes empezaron a sospechar de los nuevos vecinos y en poco tiempo la información llegó a la Jefatura de policía. El jueves, 70 agentes irrumpieron en las cinco calles de ‘El Seco’. Y el fortín dejó de ser inexpugnable.

Sucesos. Golpe al clan de El Seco.jpg

Durante la operación policial del jueves en Palma, la banda arrojó droga por la venta, que la policía buscó.

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Los quince narcos intentaron deshacerse de la droga a la desesperada, lanzándola por la ventana a los tejados. Todo fue inútil. En los once registros se encontraron los zulos de la organización, con 14.000 euros en efectivo. Y también un centro de producción de marihuana. A los investigadores les ha llamado la atención que la red estaba perfectamente jerarquizada y cada uno tenía su función. Como un pequeño ejército.

Cifra final de detenidos

La ‘operación Comecocos’ no pasará a la historia por la elevada cantidad de droga intervenida, pero sin embargo los agentes han conseguido detener y acusar a quince miembros del histórico clan de ‘El Seco’. La organización, a través de las cinco calles que controlaba, aseguraba un servicio a los clientes de las 24 horas del día, a pesar del toque de queda. Esa circunstancia, al mismo tiempo, supuso el principio del fin del entramado.

Los vecinos detectaron movimientos muy sospechosos y finalmente la Policía Nacional fue estrechando el cerco hasta el jueves a primera hora, que en colaboración con la Policía Local asaltaron once pisos de forma simultánea.