El acusado, durante una de las sesiones del juicio con jurado, en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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El apartamento de la Avenida Primavera donde se produjo el crimen de la Colònia de Sant Jordi tiene 75 metros cuadrados. La puerta de entrada da acceso al comedor. Justo detrás de la puerta, los agentes de la Guardia Civil que acudieron al domicilio encontraron dos cuchillos, uno de sierra para cortar el pan y otro de cocina manchado de sangre con el mango partido. Las dos forenses que practicaron la autopsia del cuerpo de Veronika Hoffmann concluyen que la víctima no tuvo posibilidad de defenderse de la agresión de Celestino Rodríguez. «Fue un ataque sorpresivo que no dio lugar a que la mujer reaccionara», han indicado en la tercera sesión del juicio con jurado en la Audiencia de Palma. Las médicas han añadido que recibió cinco cuchilladas.

Dos guardias civiles que elaboraron el informe de la agresión han explicado que el ataque ocurrido la mañana del 22 de septiembre de 2019 se inició delante del sofá de la vivienda. «Ella salió huyendo en dirección a la terraza y él continuó tras ella», ha explicado uno de los agentes. La mujer yacía en el suelo de la terraza cuando falleció apuñalada. Iba maquillada y vestida con una blusa y una falda roja.

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Al lado de una mecedora, los investigadores hallaron un pendiente de la víctima.«Salió disparado por uno de los golpes que recibió la mujer». A escasos metros observaron gotas de sangre en un revistero y en el sofá. Un veterinario recogió varios gatos y un perro que estaban encerrados en una de las habitaciones.

La fiscal reclama una condena de 16 años de cárcel para el acusado por un delito de asesinato y que indemnice a cada uno de los dos hijos de la mujer con 100.000 euros. La Abogacía de la Comunidad Autónoma solicita 25 años de prisión y aprecia la circunstancia agravante de parentesco y de género al considerar que el agresor y la víctima eran pareja.