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La Audiencia Provincial de Segovia ha condenado a dos años de cárcel al hombre que abusó sexualmente de Valeria Quer, la hermana pequeña de Diana Quer, cuando él tenía 35 años, y ella 17 en Carabias (Segovia) aprovechándose de que esta estaba muy ebria en septiembre de 2017.

Según la sentencia, remitida por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, la Sala considera a J. P. M. responsable de un delito de abuso sexual y por ello le impone también una orden de alejamiento respecto a la víctima de 500 metros durante cinco años y una indemnización de 3.000 euros.

La pena impuesta es significativamente menor a la que había solicitado el fiscal -seis años de cárcel y diez de alejamiento- y la acusación particular, en representación de la víctima, que había solicitado diez años de prisión y quince de alejamiento.

La víctima de este caso es Valeria Quer, la hermana menor de Diana Quer, la joven de 18 años que desapareció en agosto de 2016 en Puebla do Carmiñal (A Coruña) y cuyo cadáver fue encontrado el 31 de diciembre de 2017, asesinato por el que fue condenado a prisión permanente revisable José Enrique Abuín, alias el Chicle.

Según ha quedado corroborado por la Sala, J. P. M., de 35 años de edad en el momento de los hechos, coincidió con la víctima en las fiestas locales de Majadahonda el 17 de septiembre de 2017 y ambos pasaron la noche en el mismo grupo de amigos.

Aunque la joven fue a dormir a casa de una amiga, sobre las ocho de la mañana ambos volvieron a contactar y Valeria Quer, que estaba en un estado de embriaguez muy avanzado, volvió a salir para encontrarse con el condenado, quien la recogió en su coche, le dio más alcohol y ella «quedó en un estado de total de falta de consciencia».

La víctima se despertó a las dos de la tarde en una casa de la localidad segoviana de Carabias con señales que indicaban que se había producido un acto sexual, pero no se acordaba de nada debido a un episodio de amnesia ocasionado por la mezcla de alcohol y los antidepresivos que estaba tomando.

Según recoge la sentencia, la incertidumbre de si el procesado había mantenido relaciones con ella aprovechándose de su estado, unido a su «inestable estado mental» derivado de la experiencia vivida por la desaparición de su hermana, hizo que Valeria Quer ingresara unos días después en el hospital, donde permaneció cuatro meses con trastorno de estrés postraumático.

El magistrado que firma la sentencia, Ignacio Pando, reconoce que existe un «absoluto vacío de prueba directa» sobre lo que ocurrió desde que la víctima se fue con el condenado en el coche hasta que ella se despertó, porque el único que podría recordarlo es él y se ha negado a esclarecer este extremo.

Sí hay pruebas periciales que demuestran que hubo acto sexual y otras que acreditan que la víctima estaba «completamente incapacitada para prestar» su consentimiento, pero no se ha podido aclarar, a juicio de esta Sala, que hubiera penetración, razón por la que la condena es menor a la solicitada por las acusaciones.

Menciona la sentencia «la dolosa intención» del condenado de «incrementar la intoxicación etílica» de la víctima y, con ello, «anular completamente su voluntad, como efectivamente consiguió» cuando iban juntos en el coche.

También la «conducta delictiva prolongada en el tiempo dirigida a conseguir su objetivo» del condenado, quien además durante el proceso ha mantenido «la práctica de la mentira» como «su norma habitual».