El acusado, durante el juicio celebrado en una sala de lo Penal de Vía Alemania. | Redacción Sucesos

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El encargado de una empresa de Palma se enfrenta a una condena de dos años de prisión y una multa de 3.600 euros como presunto autor de un delito contra los trabajadores y otro de lesiones imprudentes por el accidente que sufrió un operario.

El empleado cayó por un agujero de 1,60 metros de profundidad, en agosto de 2015 cuando paseaba por una obra dentro de las instalaciones porque, según la Fiscalía, no se había señalizado debidamente que en ese punto se estaban realizando tareas de mantenimiento.

Riesgos laborales
El acusado, que en esa época también era el máximo responsable en materia de prevención de riesgos laborales, negó durante el juicio responsabilidad en el suceso. «Los trabajadores saben que si se quita una rejilla deben señalizar bien que puede haber peligro», explicó. Y añadió que «el superior inmediato de los empleados que realizaban las tareas debería haber actuado si veía que algo no era correcto». En la empresa todos los trabajadores habían realizado los cursos de prevención de riesgos laborales.

El perjudicado, por su parte, relató a la juez que ese día se incorporó a su trabajo, saludó a sus compañeros y al dar unos pasos «caí a un agujero porque no vi ninguna señalización», dijo. También subrayó que le quisieron llevar al hospital «en un furgoneta en lugar de llamar a una ambulancia». Sufrió una fractura en el brazo y lesión en el nervio radial derecho y tuvo que pasar por el quirófano. Estuvo hospitalizado ocho días y algo más de año y medio de baja.

La Fiscalía pide dos años de prisión y una multa de 3.600 euros para el acusado. Su defensa, ejercida por la abogada María Pomar, reclama la absolución.