Las discusiones entre la víctima y el presunto asesino de Inca eran continuas. Juan Carlos Ribera Romero, de 58 años, y su tío Jorge García Valiño, de 78, discutían de forma habitual. Sus ideologías políticas eran diametralmente opuestas y en su día a día chocaban continuamente por este tema.
Las discusiones entre la víctima y el asesino confeso de Inca eran continuas
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2 comentarios
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Esto es lo que consiguen cuando hay tanta crispación en la calle, hay políticos que tienen su razón de ser en exaltar a la población por cualquier cosa que hagan los del otro bando, creo que me explico.
Per això es x lo que serveix SA política Avui en día....