La Guardia Civil, en un dispositivo radar en la carretera de la Serra de Tramuntana. | Julio Bastida

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Los grupos, bandas y clubes de moteros de la Isla han creado una red de comunicación para alertar de la presencia de los controles que la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realiza en la Serra de Tramuntana. «Estos días hemos leído en la prensa que teníamos ‘topos' en la Guardia Civil que nos informaban días antes de que se llevaran a cabo los controles de su posición exacta. Esto es totalmente falso. Es mucho más sencillo que todas esas películas que se están montando. Nosotros lo que llevamos haciendo desde hace meses es crear una red de comunicación para alertar de la presencia de los radares. Es decir, todos los grupos y amantes de la motos estamos conectados a través de diferentes grupos de Whatsapp y de Facebook. El primero que detecta a la Benemérita envía un mensaje al grupo o realiza una publicación para que nos salten las alarmas al resto. De esta forma tratamos de eludir los controles. ¿Hay algo de ilegal en eso?», apunta un representante de un conocido club motero de Mallorca.

Esta versión que ofrecen los responsables de los aficionados a las motos difiere mucho a la ofrecida por parte de los vecinos. Resulta que los residentes disponían de mensajes de Whatsapp que se compartían en un grupo de moteros hace un tiempo: «Este fin de semana avisa a tus colegas, la Guardia Civil ha ido a la ITV a coger un técnico para los controles en la sierra. No te extrañe que hagan bancos de potencia. Cambio de ruta, paso».

Y en efecto, para ese domingo por la mañana había un dispositivo secreto organizado, que solo conocían en el Consell, la Benemérita y la ITV. Hace tres meses, ocurrió algo similar. «Los agentes hacen su trabajo, pero cuando llegan a veces se sabe ya con antelación que van a venir o los corredores se alertan entre ellos por una aplicación del teléfono móvil», denuncian los vecinos.

Del mismo modo, los moteros sostienen que la afición al mundo del motor de cada vez es más grande y que los ERTE y la falta de trabajo ha provocado que los moteros tengan más tiempo libre y se multipliquen el número de salidas.

Los vecinos de la Serra de Tramuntana no pueden aguantar más esta situación y han denunciado a Ultima Hora que llevan treinta años aguantando carreras ilegales de motos en aquellas angostas carreteras. La guerra sigue abierta.