Francisco Baldonedo, director de la cárcel de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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Más blindada que nunca. El director de la cárcel de Palma, Francisco Baldonedo, decidió ayer endurecer las medidas de seguridad para evitar la entrada del virus en la prisión y ha suspendido, al menos durante quince días, los permisos de salida.

Hasta la fecha, la gestión de la pandemia ha sido modélica en el centro penitenciario de la carretera de Sóller y no se ha contagiado ningún interno, a diferencia de lo que está ocurriendo en la mayoría de las cárceles españolas. En algunas, incluso, la situación es muy delicada por el elevado número de contagiados.

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Así las cosas, el lunes la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias recomendó a todas las cárceles endurecer las medidas y este miércoles Baldonedo aprobó un paquete de iniciativas para contener a la Covid. Los vis a vis ya estaban suspendidos, pero ahora se cancelan las comunicaciones por locutorio. También se anulan los permisos de salida y la entrada de personal voluntario, de ONG y colaboradores, que cada día visitan las instalaciones. Las salidas ya programas, en cambio, se mantienen. También se han suspendido las actividades docentes, pero se realizarán los exámenes que estaban previstos. Se autorizan las comunicaciones orales a través de cristales entre internos y se sigue permitiendo la entrada de paquetes, pero ahora pasarán una cuarentena de cinco días, hasta que son entregados a su destinatario.

Cinco positivos

En la cárcel palmesana han dado positivos cinco funcionarios y otros muchos han sido puestos en cuarentena porque estuvieron en contacto con infectados. A pesar de las nuevas restricciones, la dirección ha decidido ampliar los horarios de videollamadas de lunes a domingo, para que los presos puedan comunicarse con sus familias y allegados, en estos momentos de tanta incertidumbre. Las medidas de ayer fueron bien acogidas por la población reclusa.