Un vecino grabó la acción de los vándalos. | Ultima Hora

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Todo empezó hace un mes. Un joven que vive en un piso de la Calatrava, en el casco antiguo de Palma, pidió comida para llevar. El repartidor, al entregarle el pedido, le comentó que había visto a cinco jóvenes encapuchados con la linterna del móvil por las instalaciones de la comunidad. A la semana siguiente los asaltantes regresaron al aparcamiento subterráneo del edificio, fracturaron la lona de un Jeep Wrangler descapotable y sustrajeron diversos efectos.

El modus operandi siempre es el mismo. Acuden cinco individuos juntos, varias veces por semana entre las 20.00 y las 22.00, antes del toque de queda, y rompen extintores y roban bicicletas o en el interior de los vehículos del parking.

La pasada Nochebuena los cinco jóvenes, con el rostro cubierto con pasamontañas y capucha, volvieron y reventaron un extintor. Los vándalos rociaron los coches que había estacionados en el parking hasta que saltó la alarma antiincendios y huyeron. La última vez que se introdujeron en el inmueble de la Calatrava fue ayer. Varios vecinos los sorprendieron en la escalera comunitaria y los sospechosos huyeron a la carrera.

Los vecinos ya han interpuesto una denuncia ante la Policía Nacional por estos actos vandálicos. Los agentes revisarán las cámaras de seguridad de las instalaciones para tratar de localizar a los jóvenes asaltantes que acceden generalmente a través de una verja que da a un bajo y luego se dirigen al aparcamiento subterráneo. Los investigadores sospechan que este grupo de jóvenes están relacionados con la oleada de robos de las últimas semanas en Dalt Murada.

La comunidad de vecinos afectada por los robos y los actos vandálicos ha contratado a partir de hoy a un vigilante de seguridad que acudirá a diario para evitar que se produzcan nuevos robos y daños materiales en el parking.