El equipo de élite de la Guardia Civil realiza unos exámenes en el Cap Blanc para estrenar las últimas innovaciones y coordinarse con el helicóptero. | Alejandro Sepúlveda

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Un fallo y se acabó. El Grupo de Montaña de la Guardia Civil (GREIM) es un equipo de élite cuyos componentes están sometidos a una presión máxima diaria. Cualquier rescate puede acabar en tragedia si cometen el más simple error. Estos días, han realizado unos exámenes clave para familiarizarse con las últimas innovaciones tecnológicas en materia de auxilio en montaña y coordinar aún más el tándem helicóptero-equipo terrestre.

Las prácticas, a las que se empotró un equipo de Ultima Hora, se llevaron a cabo en los acantilados del Cap Blanc, en Llucmajor. El lugar elegido no fue por casualidad. Se trata de un paraje agreste donde decenas de personas han perdido la vida al saltar desde las rocas o precipitarse adrede con el coche. Los exámenes han sido supervisados en persona por una leyenda del cuerpo: el coronel Ramón Campillo del Río, el máximo jefe del Grupo de Montaña de España. Y que pese a su edad -tiene 59 años- siempre participa con sus hombres en los arriesgados descensos por riscos y barrancos imposibles. Una suerte de Harold G. Moore, el teniente coronel del Regimiento de Caballería norteamericano que por norma era el primero en tocar tierra en Vietnam y el último en marcharse.

El día de la prueba, el pasado jueves, las condiciones meteorológicas son espléndidas, con un día despejado y poco viento, pero el riesgo era, como siempre, muy elevado. La ruidosa presencia del helicóptero, alter ego del GREIM, y los numerosos efectivos con ascos y chalecos fluorescentes son un imán para los pocos turistas que circulan por la carretera del Cap Blanc. Conocida por la Guardia Civil como ‘la carretera de la muerte’. De ahí que algunos coches se paren en el arcén y los curiosos se acerquen: «¿Ha ocurrido algo?».

PALMA.
El helicóptero ‘Cuco’, que casi siempre actúa con los expertos de montaña cuando se trata de intervenciones complejas en acantilados.

Doce efectivos

El GREIM se implantó en Mallorca en el año 2000, cuando numerosos turistas se accidentaban en la serra de Tramuntana y los rescates por tierra planteaban serios riesgos. Está formado por doce efectivos: un sargento, dos cabos y nueve agentes. Ese mismo año, también, empezó a operar el helicóptero, el fiel compañero del Grupo de Montaña, a pesar de que ambas son unidades distintas.

PALMA.
Dos especialistas de montaña preparando el descenso.

Durante estos años, el GREIM ha adquirido una intachable reputación a nivel nacional y es una de las unidades que realiza más rescates en todo el territorio nacional. Las Cingles de Son Rullán, en Deià, o el torrent de Pareis, en Escorca, son dos parajes muy conocidos para el grupo. Han acudido allí en decenas de ocasiones. En el primer enclave muchos excursionistas se desorientan y acaban atrapados en riscos inquietantes. En el segundo, los accidentes suelen ser más graves: tobillos rotos o contusiones craneales. Cada operativo de rescate es grabado con cámaras que los especialistas de montaña llevan incorporadas en el casco. De esta forma, de vuelta en la base, pueden repasar los movimientos, para confirmar que se cumplió con el protocolo de seguridad. El GREIM, con todo, no se ocupa solo de los rescates en el monte. También pueden ejercer de Policía Judicial. O buscar a presos en la montaña, como uno que se fugó hace dos años por el Port des Canonge. Su aventura duró poco: el GREIM lo cazó sin despeinarse.