Tres guardias civiles observan un crucifijo junto al domicilio de la pareja. | Pere Bota

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Los médicos forenses han enviado muestras de los cadáveres de la pareja de Esporles al Instituto Nacional de Toxicología para tratar de resolver el caso. La autopsia practicada ayer a ambos cuerpos descartó signos de violencia. Los investigadores de la Guardia Civil barajan la posibilidad de que Bartolomé Mestre, de 45 años, y Julia Sainz, de 60, hubieran pactado un suicidio o de que se trate de dos muertes naturales.

Los agentes encontraron a la mujer fallecida sobre la cama del domicilio, en la calle Balladors, y al hombre tendido en las escaleras, a unos dos metros de distancia. La Policía Judicial y el servicio del Laboratorio Criminalística encontraron indicios en la vivienda de que los fallecidos podrían haber celebrado algún ritual.

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Sin muebles, tele ni radio

La casa, de piedra y situada junto al torrente, tiene dos plantas y un patio interior. No había muebles, televisión ni radio. Los agentes que realizaron una inspección ocular no encontraron ni siquiera comida. Las causas en torno a la muerte de Bartolomé y Julia siguen siendo una incógnita. Los vecinos de Esporles manifestaron a los agentes que llevan la investigación que eran una pareja introvertida y muy mística. Apenas se les veía pasear por el pueblo y tampoco tenían mucha relación con sus respectivas familias, que ya han sido informadas de lo sucedido.

Los forenses se encontraron con dos cuerpos en avanzado estado de descomposición y creen que llevaban muertos desde hacía 20 días, aproximadamente. Los vecinos avisaron a la policía el pasado miércoles por el hedor procedente del domicilio.