El exfiscal Subirán fue jubilado por el Ministerio de Justicia por su incapacidad para seguir trabajando. | Alejandro Sepúlveda

TW
28

Las declaraciones del exnúmero 2 de la Policía Nacional han desvelado que el exfiscal Miguel Ángel Subirán se inventó los casos de amenazas y acoso que durante años dijo estar sufriendo por investigar el ‘caso Cursach’.

En el nuevo informe de la Policía Judicial se recoge el testimonio clave del comisario Cristóbal Villalonga, que fue Jefe Regional de Operaciones de la Jefatura de Policía desde 2015 hasta que se jubiló, en 2018. El jefe superior de entonces, Antonio Jarabo, le encomendó a Villalonga que fuera el interlocutor con Subirán en los numerosos incidentes que refería y que nunca podían demostrarse.

Quejas

El entonces fiscal aseguraba que lo seguían con frecuencia y que la Jefatura no hacía nada para protegerlo. La Policía estableció contravigilancias y cuando Subirán obtuvo la licencia de armas, Jarabo recomendó una reunión entre los policías de paisano que lo seguían para protegerlo y el fiscal, «y evitar que hiciera uso de ese arma de fuego y pudiese producirse un incidente grave».

Noticias relacionadas

En ese encuentro estuvo presente el fiscal superior, Tomeu Barceló, y Subirán insistió en que era espiado y acosado «continuamente». Y para dar credibilidad a sus palabras puso un ejemplo reciente: Hacía un par de días, a las 20.30 horas, fue a Mercadona y «un par de rumanos» lo siguió por todo el supermercado: «por la carnicería, por la pescadería, etc...». El comisario le preguntó que cómo estaba tan seguro de que eran rumanos y él contestó: «Conozco a todos los rumanos de Palma». Entonces, Villalonga contactó con la jefa de seguridad de esa cadena y le pidió urgentemente las cintas de vídeo, con una hora y cuarto por delante y por detrás de la hora señalada. Al día siguiente llegaron las grabaciones y el comisario en persona las revisó, de forma minuciosa. Su sorpresa fue mayúscula cuando descubrió que Subirán ni había estado en el súper. En otra ocasión, el exfiscal dijo que una furgoneta blanca lo siguió por el parque de sa Riera y que el conductor le hizo el gesto de cortarle el cuello. Cuando la policía quiso investigarlo, alegó que no había podido coger la matrícula, ni el modelo, ni las características físicas del sospechoso.

En una tercera ocasión, Subirán dijo que un policía local de paisano le amenazó en la esquina de Vía Alemania con calle Jesús y que el juez Ignacio López Sola fue testigo. La policía contactó con el magistrado, que explicó que no había presenciado nada fuera de lo normal.

Confundió a los policías que lo vigilaban con matones

Después de que el exfiscal denunciara de forma reiterada que lo estaban siguiendo y amenazando «por todas partes», y que el supuesto calvario que sufría se aireara en algunos medios de comunicación, un comisario le presentó a los policías de paisano que lo vigilaban sin que él lo supiera.

La reacción de Subirán, según consta en el nuevo informe entregado al juez, fue que reconoció a uno de ellos y dijo: «Este es uno de los que veía sospechosos».