Los acusados, este lunes, en la Sección Segunda de la Audiencia de Palma.

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Estuvieron a punto de cumplir su objetivo. Llegaron al puerto de Palma procedentes de Barcelona a primera hora del 19 de marzo del pasado año con cuatro kilos y medio de cocaína escondida en un Volkswagen Golf. Parecía que todo iba sobre ruedas hasta que se toparon con un perro adiestrado de la Guardia Civil, que señaló el vehículo. Y ahí acabó su aventura.

Este lunes los dos acusados, de nacionalidad marroquí, se declararon culpables de un delito contra la salud pública y aceptaron nueve años de cárcel. Uno de ellos dio el visto bueno a seis años y el otro a tres como cómplice del primero.

Insistencia

Los hechos se remontan a las 06.30 de la mañana. Los sospechosos acababan de llegar desde Barcelona. La Guardia Civil inspeccionó el coche, como otros tantos, pero no encontró nada sospechoso. Pero el perro adiestrado seguía señalando al Golf. Dada la insistencia del can, el vehículo fue trasladado a dependencias oficiales y allí hallaron los cuatro kilos y medio de cocaína, valorados, según la Fiscalía, en más de 430.000 euros. Tras esto se registró la vivienda de uno de ellos y hallaron casi 22.000 euros en efectivo y otras cantidades de droga. Ambos fueron detenidos y enviados a prisión. El destino de la cocaína, que habían adquirido en la ciudad condal el día de antes, era distribuirla en la Isla.

Los imputados se enfrentaban a una pena de ocho años de cárcel, pero tras el acuerdo al que llegaron sus abogados con el ministerio público vieron rebajada la pena.

Los condenados asumirán multas de 660.000 euros

La pena de cárcel que ambos acusados aceptaron en la Sección Segunda de Palma lleva consigo una importante multa, dada la gravedad de los hechos. Así, el principal imputado, condenado a seis años, deberá pagar 440.000 euros de sanción y su cómplice 220.000 euros. Este último será expulsado de España durante diez años cuando cumpla la mitad de su condena.