Los dos acusados, el pasado marzo, en el banquillo de la Sección Primera de la Audiencia de Palma.

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Los médicos dijeron que la habían «destrozado». Una prostituta, de 49 años, había perdido dos litros de sangre después de sufrir una brutal agresión sexual por parte de una pareja que tras contratarla le introdujo un objeto de grandes dimensiones por la vagina y el ano en una vivienda de Llucmajor. La víctima fue sometida a dos intervenciones quirúrgicas. La primera fue urgente por las gravísimas lesiones que presentaba. La segunda fue para reconstruirle el tránsito intestinal.

La Audiencia de Palma ha condenado a los agresores a 14 y 12 años y medio de cárcel por un delito de agresión sexual y otro de lesiones graves. Los acusados indemnizarán a la víctima con 84.089 euros por las lesiones, secuelas y daños morales. «Era una persona débil y vulnerable que estaba bebida y había consumido drogas», indica el tribunal de la Sección Primera.

Drogas y alcohol

La agresión sexual se remonta a las 20.00 horas del 20 de marzo de 2016. La pareja recogió a la mujer en la puerta de San Antonio de Palma y se dirigieron al domicilio del hombre. La prostituta, que había tomado drogas, consumió alcohol en la vivienda. Los jueces recogen en la sentencia que los acusados, mientras mantenían relaciones sexuales con la víctima, le introdujeron un instrumento no identificado de forma agresiva en la vagina y el ano. La prostituta sufrió «lesiones extremadamente dolorosas». La operaron de urgencia, estuvo cinco días en la UCI y permaneció 53 en el hospital.

La pareja explicó en el juicio que la mujer se introdujo una botella de vino en los genitales y cayó al suelo por el mal estado en el que se encontraba. La víctima, que va en silla de ruedas, tiene lagunas de aquella noche. Solo recuerda que la contrataron en la puerta de San Antonio, que fue a una casa de Llucmajor donde bebió una cerveza y empezó a sentirse mal. Lo siguiente que recuerda es despertarse en el hospital tras la operación.

Los agentes de la Guardia Civil que se entrevistaron con la perjudicada en el hospital declararon que estaba aturdida, pero se acordaba de algunas cosas. La prostituta les contó que empezó unos juegos sexuales con la mujer, a la que chupó los pechos. A la encargada de sa Placeta, donde la denunciante solía ir a dormir, le comentó que recordaba entrar en el piso con los acusados y que pensaba que eran un hombre y una mujer. Más tarde se dio cuenta de que los dos tenían genitales masculinos y se sintió incómoda. El tribunal ha llegado a la conclusión de que los acusados no dijeron la verdad y agredieron a la prostituta en el transcurso de las relaciones sexuales introduciéndole por la vagina y el ano un objeto que no ha podido ser determinado.

Alegaron que la mujer se metió una botella de vino en la vagina

u La pareja alegó que la prostituta se metió una botella de vino descorchada en la vagina y cayó al suelo, pero las juezas no dan credibilidad a esa versión. «Pensamos que si los hechos hubieran ocurrido de esa manera, la botella habría aparecido».

El informe forense sostiene que no es posible que esas heridas se las causara la propia víctima. El tribunal aprecia la agravante de reincidencia a uno de los agresores y por eso le impone 14 años de prisión.