Imagen de los restos del 'My Nirvana', que fue reflotado este viernes en Puerto Portals. | Michel's

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«Lo vi nacer y lo vi morir». El capitán del yate ‘My Nirvana’, de 31 metros de eslora, observaba cómo dos inmensas grúas iniciaban las tareas para reflotarlo en el Puerto Portals. El fuego lo devoró el pasado domingo a las 06.15 horas. Al capitán le llamaron por teléfono a su casa, en Porto Pi, y acudió a ver la muerte de la embarcación por las virulentas llamas.

El día que se incendió el barco no había ningún miembro de la tripulación dentro. El propietario de ‘My Nirvana’, un hombre de unos 70 años que vive junto a su mujer y sus dos hijos, estaba en Inglaterra.

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La familia, «muy espiritual», lo utilizaba como vivienda entre los meses de mayo y octubre. Navegaban hasta Ibiza, daban la vuelta a Mallorca o descansaban en Sóller y Menorca. El barco, su segunda residencia, se construyó en 2008 en Dubai y luego lo llevaron hasta Livorno, Italia, en un buque portacontenedores. El capitán del ‘My Nirvana’ fue a recogerlo a la ciudad de la Toscana y lo trajo hasta Mallorca.

En el interior del yate había dos budas de madera tallada de 40 centímetros de altura que desaparecieron en el incendio. Un cortocircuito en la sala de máquinas o en la popa, donde están los cargadores instalados, arrasó por completo el barco, que se convirtió en un amasijo de hierros.

Una decena de operarios y buzos de la empresa Baco Sub trabajaron a destajo ayer para reflotar el ‘My Nirvana’, de 100 toneladas, ante la mirada de la tripulación de otros yates. Primero alzaron la popa con dos enormes poleas y después achicaron el agua de la popa.