A la derecha, el ‘mulero’ detenido tras pasar a disposición judicial en Vía Alemania. | Alejandro Sepúlveda

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A la cárcel. El juez de guardia ordenó este jueves el ingreso en prisión provisional sin fianza para el ‘mulero’ que fue detenido cuando pretendía acceder al poblado de Son Banya con un kilo de cocaína en el coche.

La versión oficial facilitada por la Policía Nacional es que en la tarde del pasado miércoles, en el marco de la denominada ‘operación Relámpago’, agentes del Cuerpo Nacional de Policía detuvieron a un marroquí de 36 años de edad acusado de un presunto delito contra la salud pública, al llevar en un ‘zulo’ un fardo de droga. Los agentes del CNP realizaron un control de vehículos y de personas en las inmediaciones del poblado, concretamente en la barriada de Son Ferriol.

De forma casual y aleatoria, se dio el alto a un turismo. A bordo del mismo viajaba el ahora detenido.

Cuando se practicó el correspondiente registro, tanto al coche como al conductor, los funcionarios policiales detectaron en el interior del habitáculo, oculto en un ‘zulo’ en la guantera la droga. Tras pasar la noche en los calabozos de la Jefatura de Policía, en la calle Simó Ballester, en la mañana de este jueves fue puesto a disposición judicial. Tras una breve declaración, el magistrado ordenó su ingreso en prisión.

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Tras la incautación de esta importante cantidad de droga, cuyo precio en el mercado -una vez adulterada con el corte- podría haber alcanzado un precio en el mercado ilícito de más 150.000 euros, la investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.

Narcopisos

De todos es conocido que en los últimos tiempos en el poblado de Son Banya se utiliza la figura de los denominados ‘narcopisos’, es decir, viviendas utilizadas como almacenes de custodia de grandes cantidades de droga.

Dichos pisos se encuentran ubicados en diferentes barriadas de Palma, especialmente, en La Soledat, Son Gotleu, Camp Redó, Son Ferriol y s’Hostalet. A medida que los puntos de venta del poblado precisan de reposición, los ‘muleros’ acuden a los pisos satélites para nutrir de nuevo a los narcos.