La víctima, Catalina Parets, estuvo cinco días ingresada en el hospital de Inca. | Alejandro Sepúlveda

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El dueño de un pitbull y el hombre que lo tenía en su domicilio en sa Pobla han indemnizado con 12.000 euros a una mujer que fue atacada por el perro en 2015. Los acusados, de 25 y 47 años, han quedado absueltos de un delito de lesiones por imprudencia grave después de que el fiscal considerara los hechos como una falta del antiguo Código Penal.

El ataque se produjo sobre las 13.30 horas del 25 de mayo. El animal se escapó de la vivienda del mayor de los acusados, situada en la calle Reina Victoria de la localidad. El can atacó a una mujer que se encontraba caminando por la zona.

«Salí a pasear a mi perro ‘Dogo’ y, de repente, vi que el pitbull se escapaba por la puerta de una planta baja. Se abalanzó hacia nosotros y cogí a mi perrito. No tuve tiempo de más. Me mordió la mano y me la destrozó. Fueron unos segundos eternos», explicó a este diario la víctima, Catalina Parets, de 41 años.

Los gritos de la mujer alertaron a los vecinos, que avisaron a la Policía Local. Algunos testigos indicaron que las lesiones que sufrió fueron «muy profundas». Tenía heridas en la muñeca, en la mano y en los dedos. Los agentes acudieron hasta el lugar y auxiliaron a la perjudicada, que fue evacuada al hospital de Inca, donde la operaron de urgencia. La víctima permaneció cinco días hospitalizada. Las lesiones tardaron 190 días en curar y estuvo 140 días de baja.

La denunciante contó desde el hospital que el animal estaba en una cochera encerrado. «No son condiciones para tener un perro así. Salió como loco y fue a por nosotros. Todo pasó muy rápido, pero se me hizo eterno. Grité desesperadamente y dos familias vinieron a ayudarme».

Catalina Parets lamentó que ni el propietario del perro ni el hombre que lo tenía en su casa se disculparon jamás. «Tengo un hijo pequeño. Imagínate que sale a pasear a nuestro perrito en mi lugar. ¿Qué habría pasado? Esa bestia puede matar a cualquiera que se cruce en su camino».