Lourdes y Lautaro Moyano muestran ayer en su domicilio dos fotografías de su hermana. | Teresa Ayuga

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Los hermanos de Milagros Alanís Moyano, de 19 años, encontraron media pastilla de éxtasis en el interior de su bolso. El comprimido, de color amarillo, tenía forma hexagonal y el dibujo de una calavera con relieve. «Se la entregamos al hospital para que la analizaran», cuenta este domingo por la tarde Lourdes, su hermana melliza, en su domicilio de la calle Médico José Darder, en Palma.

La joven Alanís Moyano, que llegó hace tres meses a Mallorca desde Argentina, trabajaba como socorrista en una piscina de s’Arenal. El pasado domingo acudió con un grupo de amigos al Origen Festival, de música electrónica en Son Fusteret, donde pinchaban Loco Dice y Marco Carola. La chica tomó éxtasis, sufrió un shock y fue hospitalizada en Son Espases.

«Una amiga nos llamó por teléfono y nos dijo que se la había llevado una ambulancia a Urgencias, que estaba muy grave en la UCI», indica Lourdes. «Mi hermana ingresó con hipertermia, a 43 grados, muy rígida», agrega Lautaro, hermano de la víctima. Apenas les daban esperanzas de que sobreviviera. La única opción era llevarla de urgencia al hospital Clínic de Barcelona, pero en el traslado había posibilidades de que falleciera. «Vimos que era una situación que no podíamos manejar y tuvimos que avisar a mis padres, que viven en Mar del Plata (Argentina)».

El martes la evacuaron a Barcelona, pero al día siguiente, a las 08.17 horas, falleció en el Clínic. «Cuando subíamos por las escaleras del hospital ya nos recibieron con la noticia de que había fallecido», dice Lautaro, que llegó tres minutos después con su hermana, Lourdes. «Mi vida se rompió. No encuentro explicación. No encuentro consuelo, qué injusticia, era tan feliz. Una travesura de adolescente se la llevó», escribió su padre, Paulo Moyano, el pasado jueves en su cuenta de Facebook.

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El padre de la joven también colgó en la red social una fotografía de la pastilla que tomó su hija. «Compró veneno llamado comercialmente éxtasis. Solo una pastilla, que es suficiente, en una fiesta electrónica. Porque los reverendos hijos de puta de esta sociedad de mierda les hacen creer que tenés que tomar alcohol, que tenés que drogarte, que en esta vida tenés que probar de todo. Aumentar tus sensaciones y así serás la persona más canchera. Por suerte, no todos entran en ese juego, pero alguien cae».

La autopsia preliminar reveló que la chica murió de hipertermia tras consumir éxtasis. «En el hospital nos dijeron que posiblemente llevaba veneno para ratas», señala Lourdes. Algunos amigos de la fallecida que también tomaron esa droga les explicaron que al día siguiente no pudieron ir a trabajar porque tuvieron dolores de estómago. «Los amigos no quieren decir nada, no sabemos dónde compró la droga. Esperamos que la persona que le vendió la pastilla pague por esto», dice Lauro, que junto a su hermana piden más controles de seguridad en este tipo de fiestas.

«No era una drogadicta»

Los hermanos de Milagros Alanís Moyano están dolidos por los comentarios que han leído en redes sociales sobre la noticia. «Mi hermana era una chica de 19 años que le gustaba salir y divertirse, pero no era una drogadicta». Los familiares de la joven denunciarán lo ocurrido en la Policía Nacional. «Para que investiguen y así ayudar a otros. Hay un montón de chicos como mi hermana que se piensan que se van a divertir más por consumir. No queremos que otra familia pase por esto, porque es una mierda». Lourdes aún no asimila la pérdida de Milagros: «Es una película de terror».