Natalia Sánchez, a la derecha de la foto, con sus amigas en París, donde residía desde el mes de septiembre.

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La Gendarmería francesa, en colaboración con un teniente coronel de la Guardia Civil, está buscando en las redes sociales indicios sobre la desaparición de la mallorquina Natalia Sánchez Uribe, cuya pista se pierde el día 1 de mayo en París.

El dato que es más inquieta a los investigadores es que la estudiante, de 22 años, llevaba un mes quejándose de que se sentía «observada y perseguida», aunque sus amistades en un primer momento no le hicieron mucho caso porque era asustadiza y pensaron que estaba «un poco paranoica». Por eso motivo, los agentes están rastreando sus comunicaciones en Facebook, Instagram y otras redes sociales por si surgiera algún dato de interés.

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Algunos escritos de Natalia Sánchez Uribe en internet han causado extrañeza: «Cuando tu salud mental es mala, date un respiro» o «Deja que te echen de menos para que noten tu presencia». La joven no estaba a gusto en París, donde no había hecho demasiadas amistades y se encontraba bastante sola. Su contrato de alquiler en un piso de la Rue Paul Fort le expiraba y el primero de mayo se mudó a casa de una amiga. Trasladó dos maletas, pero se fue a por la tercera y ya no se la volvió a ver. Tampoco llegó a su apartamento. Su mochila con el móvil y un ordenador apareció en un parque cerca de su universidad. Los aparatos están siendo analizados por la Gendarmería.

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Natalia Sánchez Uribe estudió en el colegio Jaume I de Palmanova y después pasó al instituto de Bendinat. La Gendarmería ha pedido a la familia una prueba de ADN y ha solicitado que sus conocidos dejen de pedir ayuda en las redes para no entorpecer la investigación.

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