Hanebuth, custodiado por la Guardia Civil, en los juzgados. | Alejandro Sepúlveda

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La frase que pronunció Frank Hanebuth cuando supo que ingresaba en la cárcel de Palma, el 25 de julio del año 2013, resume su carisma. «Esto es una prolongación de mis vacaciones». El líder de los Ángeles del Infierno a nivel europeo, un gigante repleto de tatuajes, decidió que la banda de moteros se instalara en Mallorca para continuar con las actividades por las que les investigaban en Alemania.

La Fiscalía pide 298 años y medio de cárcel a la organización criminal y otros supuestos cómplices por delitos de narcotráfico, blanqueo de capitales, prostitución, detención ilegal, amenazas o extorsiones. «Tengo ganas de que empiece ya el juicio», dijo Hanebuth en la cadena de televisión NDR alemana. Un agente experto en la banda comenta que el líder llevaba un parche con la palabra ‘President’. «Es uno de los presidentes con más potestad de Europa», afirma el funcionario, que prefiere no revelar su identidad por motivos de seguridad.

«Los Ángeles del Infierno querían establecerse en un sitio donde escuchar música alemana, comer bratwurst y beber su cerveza», explica el agente. S’Arenal, considerado casi como una colonia alemana, fue la zona en la que desembarcaron. «Es un lugar donde pueden lucir los chalecos con sus parches y que unos 20.000 compatriotas los vean cada noche».

Los chalecos tienen gran relevancia para el club. Lleva un tiempo conseguirlos y supone un orgullo para los miembros defenderlos. «Tocar un chaleco o la espalda de un Hell Angel es motivo de pelea. Solo se dejan abrazar por sus homónimos».

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Los parches son como las medallas militares. El símbolo 1% representa a la parte de motoristas rebeldes que están fuera de la ley. El escudo Dequiallo quiere decir que se han enfrentado a la policía. Filthy few, la distinción más llamativa, implica haber matado a alguien en nombre de la organización.

«Para ellos un acto de valor es defender el club a cualquier precio», asegura el funcionario que los ha estudiado a fondo en Mallorca. «En Platja de Palma crearon un ‘capítulo’ para demostrar su fuerza a nivel mundial. Los Ángeles del Infierno creyeron que pasarían desapercibidos en la Isla. Para blanquear su capital querían adueñarse de zonas de ocio, controlar clubs de alterne y discotecas». Tres mujeres checas manifestaron que las trajeron a Mallorca desde Italia tras ofrecerles un trabajo como azafatas de promociones. Aquí las obligaron a prostituirse e incluso les pagaron operaciones de cirugía estética.

El 11 de agosto de 2010 hubo un enfrentamiento multitudinario entre los Ángeles del Infierno y el grupo Gremium. La Policía Nacional detuvo a 20 personas del segundo club motero después de que se trasladaran, en menos de un día, desde diferentes puntos de España y Alemania hasta Mallorca, para vengar una agresión sufrida por uno de sus miembros a manos de los Ángeles del Infierno. Los agentes intervinieron 23 armas como machetes, cuchillos de grandes dimensiones, una pistola eléctrica y varias barras de hierro. «Los Hells Angels tuvieron que pelearse con bandas rivales para demostrar su fuerza y eso puso en alerta a la policía».

La ‘operación Casablanca’, de la Guardia Civil y la Policía Nacional, desarticuló en 2013 el grupo de Mallorca. El fiscal atribuye a la banda y a sus colaboradores hasta 16 delitos. Frank Hanebuth tiene ganas de que empiece pronto el juicio en la Audiencia Nacional. «Soy inocente», aseguró en la cadena NDR.