Uno de los dos acusados, este viernes, en la Sección Segunda de la Audiencia de Palma. | Guillermo Esteban

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La Guardia Civil destronó a la sucesora de ‘La Paca’ en Son Banya tras la ‘operación Iron Belt’, en 2016. Hubo 94 detenidos, entre ellos el clan de ‘La Eva’ y ‘Los Benabad’, y 100 kilos de drogas incautados. El juicio por una de las piezas de ese macrooperativo empezó este viernes en la Audiencia Provincial.

El 12 de mayo de 2016, los agentes arrestaron en Palma a dos hombres, un español de 51 años y un colombiano de 39, con un kilo de cocaína cada uno. Los investigadores seguían la pista de tres narcotraficantes, pero vieron a los dos acusados, Raúl M. y Breyner P., reunirse con ellos en un bar de Pere Garau.

«El 11 de mayo por la mañana hicimos un seguimiento a pie. Los dos hombres dieron dos vueltas a la manzana y subieron a un Ford Fiesta oscuro, de alquiler, con matrícula 7779-HTY. No los teníamos identificados», explicó este viernes el instructor de la operación, el sargento del Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO) de la Guardia Civil en Baleares, Juan Carlos Rubert, en una impecable declaración.

Al día siguiente regresaron a Pere Garau. Raúl M. entró en un bar de Reyes Católicos y poco después acudió Breyner P. Al cabo de unos minutos se dirigieron a una planta baja de la calle Sant Rafael. El sargento contó que Raúl salió con una mochila, la introdujo en el maletero del coche y arrancó. Los guardias civiles le dieron el alto, pero el acusado huyó a gran velocidad saltándose un semáforo en rojo. Estuvo a punto de atropellar a uno de los funcionarios, pero al final lo interceptaron. Dentro de la mochila llevaba un paquete con un kilo de cocaína.

Los agentes encontraron la documentación de Breyner P. en el interior del vehículo.
La Guardia Civil arrestó al colombiano cuando salía de su casa con otro paquete de un kilo de cocaína. «Nos dijo que no le podíamos hacer nada porque estaba trabajando para el jefe antidroga de la Policía Nacional». Uno de los guardias civiles que participó en el seguimiento destacó que el colombiano «se escondía hasta debajo de los coches, hacía cosas muy raras». Sus maniobras resultaron inútiles.

El agente, que estuvo a punto de ser arrollado por Raúl M., dijo que se disculpó al ser detenido. «Nos pidió perdón y le preguntamos por qué había actuado así. ’Ustedes ya lo saben’, contestó».