Los Santiago Moreno viven en el municipio de Llucmajor, en Mallorca, desde hace más de un año y se sienten «sobrepasados por la situación», ya que a día de hoy apenas tienen ingresos. | Alejandro Sepúlveda

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Ángela tiene 54 años y padece síndrome de Down, ceguera y cáncer de colon. Josefa, de 57, tiene cáncer de huesos. Ellas son dos de los catorce integrantes de la familia Santiago Moreno, que acumula más de veinte patologías, entre ellas trastornos mentales, cáncer, sordera, ceguera... En la familia está Angelino, ingresado en Son Llàtzer en estado crítico. También hay un niño sano de 5 años, que está escolarizado.

La familia okupa desde hace más de un año un chalet en Llucmajor propiedad de un banco. Este lunes se hará efectiva una orden de desahucio que les apartará de la vivienda.

El edificio cuenta con luz. También tenía agua, pero una vecina informó a la compañía suministradora de la extraña situación. Entonces, la cañería fue cegada con cemento, según explican. Antes de ser okupada, la casa se encontraba abandonada y era frecuentada por grupos de jóvenes que realizaban hogueras y consumían alcohol y otras sustancias. Así como pudieron, los nuevos inquilinos repintaron las paredes ennegrecidas por el humo. Ahora aparecen blancas.

Los Santiago Moreno son mallorquines que regresaron a la Isla de Alicante. Allí, una de las hermanas fue víctima de violencia de género: la apuñaló su exmarido. No cuentan con otra casa en la que guarnecerse y se verán en la calle en el caso de que sean definitivamente desahuciados. Los escasos ingresos que consigue la familia son de tres miembros. Uno trabaja en la construcción, otro en una cantera y el tercero limpia casas.

Francisco González es sociólogo, exregidor de Izquierda Unida en el Ajuntament de Llucmajor y el sustento que ha tenido la família Santiago Moreno estos últimos días, aparte de los miembros del colectivo STOP Desahucios. La indignación se le nota en los ojos. «¿Cómo es posible que nadie de los Servicios Sociales haya detectado esto?», se pregunta González. «Nadie de las instituciones está haciendo nada. Fueron a pedir ayuda a los servicios sociales. El miércoles pasado, después del pleno, tuvimos que ‘asaltar’ al alcalde, pero se escapaba. Todo fueron buenas palabras, pero por ahora no ha hecho nada. La regidora de Servicios Sociales está de vacaciones y nos da largas. Desde el miércoles no nos han dicho nada. La Conselleria d’Afers Socials y el Ayuntamiento dicen que no tienen pisos donde se pueda alojar a tanta gente ya que son catorce, y contando al niño, quince. Ofrecen albergues pero ellos no quieren separarse debido a que tienen que cuidarse mutuamente y son personas que no pueden estar con desconocidos».

El alcalde, Gori Estarellas, abrumado por la situación, explicó a Ultima Hora que «hemos hecho todo lo posible. Hemos remitido el caso a Afers Socials y al Ibavi, pero encontrar un piso para tantas personas es muy complicado».

El juzgado de guardia denegó este viernes por la mañana suspender o aplazar el desahucio. La ejecución está prevista a las 11,30 de este lunes. La familia Santiago Moreno vive con extrema preocupación lo que les pueda suceder de aquí en adelante. Apenas hablan, pero sus miradas lo dicen todo.